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Tensiones en el PP

El hombre que ha dado el portazo

Víctor Campos se marchó ayer dando un portazo. Relegado sistemáticamente por el presidente de la Generalitat de funciones ejecutivas, Campos se había ido quedando sin espacio tanto en el seno del Consell como en el seno de la dirección regional del PP. Y pagó ayer de la misma manera con la que le han tratado en los últimos meses: ignorándoles y haciendo pública su decisión en Castellón. Acompañado de quien ha sido su mentor político, Carlos Fabra.

La dirección regional del PP, incluidos la secretaria regional Adela Pedrosa y el vicesecretario Ricardo Costa, se vieron sorprendidos por la decisión. Igual que la gran mayoría de los miembros del Consell, que nunca creyeron que el vicepresidente daría finalmente el portazo antes de las elecciones. Pero Víctor Campos ya ha había llegado al punto de no retorno. "No tiene ilusión", reconocieron ayer personas de su entorno, "se deja la política de verdad".

Tanto en el PP como en el Consell se siguió la sempiterna estrategia impulsada por Presidencia hacia las adversidades. Disimular y hacer como que no pasa lo que está pasando.

Pero lo cierto es que Campos había sido ya relegado demasiadas veces y tenía dificultades para hablar con el propio presidente de la Generalitat sin pasar antes por la jefa de su gabinete, Ana Michavila.

Camps le encargó a finales de 2004 las negociaciones con los zaplanistas para no dar imagen de división en el congreso regional del PP celebrado en Castellón. Campos llevó las conversaciones hasta el inicio del mismo congreso, donde fue apartado por quien iba a ser elegido nuevo presidente regional en medio del desaire de los partidarios de Zaplana.

Como vicepresidente asumió las relaciones con las Cortes Valencianas, aunque aquí también se quedó sin espacio. Serafín Castellano, el portavoz parlamentario, fanático zaplanista primero y acérrimo campista después, se encargó de ocupar todo el espacio y buscar la conexión directa con Camps y su jefa de gabinete. En el Palacio de Fuentehermosa, donde se ubican la portavocía del Consell y la vicepresidencia, la tercera y última remodelación de gobierno efectuada por Camps terminó de arrinconarlo. La llegada de Vicente Rambla, también de Castellón y persona bien considerada por Michavila, acabó de alejarlo del círculo más próximo al presidente. Hasta el punto de disputarle el número uno de la candidatura a las Cortes Valencianas por Castellón. En la estructura regional del PP tampoco tuvo mucha mejor suerte, ya que otro castellonense, Ricardo Costa, es el interlocutor de Presidencia. En estas circunstancias, el único espacio que le había quedado era el representativo. Y quizá por poco tiempo, ya que el encargo de atender a los familiares de las víctimas del accidente de metro también se cuestionaba por no haber podido evitar manifestaciones como la prevista para hoy.

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Puestas así las cosas, Campos ha decidido estar más con sus hijas y disfrutar de la vida como corredor de rallies ocasional.

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