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Búsqueda de cadáveres de la Guerra Civil en Ponteareas

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica retoma hoy la excavación en la fosa común de la Guerra Civil localizada el sábado en A Fonsagrada y en la que ya se han desenterrado nueve cadáveres de republicanos fusilados en 1937. El colectivo prevé realizar otra exhumación entre agosto y septiembre detrás de la iglesia de Xinzo, en Ponteareas, donde se buscan ocho cadáveres ya identificados. Son los de Enrique Quintás Figueroa, Ángel Rodal Blanco, Clemente Calvar Solla, Francisco Aldao Gallego, Manuel Cividanes, Manuel Álvarez Pereira, Serafín Chaves Bispo y Perfecto Méndez Pastoriza.

Todos ellos fueron abatidos el 5 de abril de 1937. Las familias de los cuatro primeros ya han solicitado la intervención. La asociación recuerda cómo, en aquel momento, el cura sentenció que "los republicanos estarían mejor donde se pudiesen pisar".

La fosa de O Acebo localizada el sábado no es la única de A Fonsagrada. Dos integrantes del que se cree que podría ser el grupo de los Canteros, naturales de Forcarei, fueron asesinados en el cementerio de esta localidad lucense el 4 de noviembre de 1937, seis o siete días más tarde que sus compañeros inhumados en O Acebo. Se trata del miliciano Manuel Bugallo Lois y de un compañero suyo cuyo nombre se desconoce.

Cerca de allí, en Negueira de Muñiz, está enterrado el tío de una persona presente en la exhumación de A Fonsagrada el pasado sábado. Nieves Álvarez, que ya ha solicitado la exhumación a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, explica que han sido los sobrinos y no el hermano de la víctima los que han acudido al colectivo. "No es que mi padre tenga miedo", insiste, sino que se siente indeciso entre querer saber y querer olvidar.

La víctima enterrada en Negueira de Muñiz estaba residiendo en Argentina, pero el inicio de la Guerra Civil le sorprendió en Galicia porque había venido de visita unos días. Fue el cura el que avisó a la Falange de su presencia en el pueblo. Los fascistas dieron dos golpes en la puerta y, tras exigir que les pusieran la cena, se llevaron al tío de Nieves Álvarez y con él a sus dos hijos mayores. A estos dos últimos sólo los encarcelaron, pero a uno de ellos, que apenas tenía 18 años, lo llevaron junto a cuerpo de su padre para que reconociese el cadáver.

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