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El arquitecto Gonçalo Byrne muestra sus obras principales

A Coruña acoge una exposición con 14 trabajos del luso

Arquitectura es, dice Gonçalo Byrne, "habitar espacios, llenar de vida un vacío creando formas y estructuras para transformar y mejorar" el uso y disfrute de quienes viven en ese lugar. Y ese es el planteamiento con el que el arquitecto portugués configuró su primera exposición antológica en España, la que acoge desde hoy y durante casi cinco meses la Fundación Barrié de la Maza en A Coruña. Un recorrido por 14 obras de este premiado urbanista que pretende mostrar, según él mismo reseñó ayer, "la noción de territorio como espacio de compromiso entre ciudad y paisaje", entre urbanismo y patrimonio cultural.

La renovación del entorno de una de las abadías cistercienses más importantes de Europa, como es la de Alcobaça (municipio natal de Byrne), o la inclinada y moderna Torre de Control de Tráfico Marítimo de Lisboa que da una continuidad en el tiempo a otras señales de la orilla del Tajo como es la Torre de Belem, integran esta selección de obras que su autor quiso exponer fundamentalmente a través de maquetas para que cada visitante pueda acercarse y percibir en mayor medida la relación entre territorio y urbanidad.

El autor incide en la relación entre urbanismo y patrimonio cultural

Unos volúmenes que se distribuyen en tres salas diferenciadas para mostrar ejemplos de intervenciones en lugares singulares como el complejo que construyó al pie del mar en la isla de Madeira, obras civiles concebidas como "contenedores de vida" como la sede ante las vías del tren, del Gobierno de Brabante en Lovaina (Bélgica), o proyectos de reciclaje "para dar una nueva existencia a edificios que entran en ruinas" como la remodelación del Museo Nacional de Machado de Castro en Coimbra. En ese apartado también figuran en A Coruña las viviendas y locales comerciales que Gonçalo Byrne (Alcobaça, 1941) desarrolla en la actualidad en Estoril-Sol, en Cascais, o el gran espacio cubierto de asambleas y presbiterio que se erige en el santuario de Fátima.

"Habitar una ciudad", ahonda el arquitecto, "significa habitar el territorio introduciendo la dimensión del paisaje, no como un vacío residual, histórica y simbólicamente resistente a la ciudad, sino como una parte activa en el desarrollo sostenible" de las urbes.

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