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El deán de la Catedral deja su cargo al frente del archivo

El deán de la Catedral de Santiago, José María Díaz, abandona uno de los dos cargos que ostentaba en el templo compostelano, el de canónigo archivero, tres meses después de la desaparición del original del Códice Calixtino, del que era responsable último. Ayer presentó su renuncia ante el Arzobispo de Santiago, Julián Barrio, tras 36 años en el puesto, aunque continuará a la cabeza del Cabildo. Díaz había expresado "en reiteradas ocasiones" a Barrio su deseo de dejar el archivo de la Catedral desde la sustracción del Códice, del que nada se ha vuelto a saber desde el pasado julio.

"Él pone sus cargos a disposición del Arzobispado en el momento en el que roban el Códice, por prudencia y para no entorpecer las investigaciones", explica un portavoz de la archidiócesis, que destaca que la decisión ha partido del propio deán y que no obedece "a una pérdida de confianza". Díaz, de 81 años, compatibilizaba las responsabilidades de deán y de canónigo archivero, así que la renuncia a este último cargo, argumentan desde el Arzobispado, le permitirá dedicarse "de modo más pleno" al gobierno del templo.

Fuera de la nota de prensa remitida a los medios -que alaba "el buen hacer y la generosa dedicación" de Díaz a la Catedral, así como la modernización del archivo - el deán no ha querido dar más explicaciones sobre su renuncia. "Es un compromiso que tengo con el Cabildo", asegura.

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