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Los emigrantes en Argentina pueden sacar el pasaporte antes de las elecciones

Las nuevas condiciones que se exigen a los emigrantes para votar en las elecciones autonómicas no parecen preocupar demasiado a la comunidad gallega en Argentina. Las dos ventanillas del consulado español en Buenos Aires que se dedican a la gestión del pasaporte no registraban ayer grandes colas, y los pocos que realizaban gestiones señalaban que lo hacían para viajar a España. Según estableció la semana pasada la Junta Electoral Central, en estas elecciones será necesario incluir por primera vez una fotocopia del pasaporte o del DNI para que el voto sea válido.

Una de las funcionarias que atendía ayer en el consulado explicó que, si se presenta toda la documentación necesaria, el pasaporte puede obtenerse en un plazo de unos 15 días, tiempo suficiente para votar en los comicios del 1 de marzo. Entre los requisitos para el pasaporte se encuentra la cédula consular y algún documento que identifique al solicitante como residente en Argentina. El coste es de 66,25 pesos (unos 15 euros). El DNI debe tramitarse en España, aunque el documento se puede recoger en el consulado.

El secretario de Prensa del PP en Argentina, Alejandro López, explicó ayer que el dato ofrecido por la Xunta de que sólo un 65% del censo en Argentina cuenta con pasaporte o DNI puede ser correcto. Pero indica que esto no va a impedir que la gran mayoría de los interesados pueda ejercer su derecho al voto: "Hay que recordar que el porcentaje de los emigrantes que suele votar en este país ronda el 30%".

En el PSOE no están tan seguros de que no vaya a haber emigrantes que se queden sin votar. "Algunas personas pueden ver vulnerados sus derechos", señala el secretario de Organización del PSOE en Argentina, Evaristo Oroña, quien lamenta que se establezcan requisitos a pocos días de las elecciones. "El PP quiere quitarles derechos a la emigración porque el que no vota no existe", concluye.

La necesidad de identificarse es un nuevo elemento en la lucha electoral y así lo demuestra que el pasado sábado, en la puerta del local donde se celebraba un acto del PP en Buenos Aires, un grupo de jóvenes repartía folletos en los que se acusaba a los populares de tratar de impedir el derecho al voto a muchos emigrantes. "Menos derechas, más derechos", rezaba el papel.

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