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Un experto gallego en el equipo que prepara el relevo de Kioto

"No hacer nada contra el cambio climático sale más caro"

La ecología, y más exactamente la lucha contra los efectos del cambio climático, sin dejar de ser una cuestión de ética, lo es cada vez más de economía. Quizá por ello, en la reunión que celebró la pasada semana en Venecia el Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), el organismo específico creado por la ONU en los años ochenta, uno de los dos únicos españoles entre 200 expertos invitados fue Xavier Labandeira Villot (Vigo, 1967), catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Vigo. Labandeira no tiene el discurso un tanto apocalíptico que se le presume a un experto en cambio climático, sino que maneja argumentos más a ras de tierra: "Es, como en sanidad o en educación, tomar decisiones sobre bienes escasos y recursos limitados. No hacer nada en este asunto sale más caro que hacer lo que hace falta".

El quinto informe sobre los efectos del cambio climático estará listo en 2014
Labandeira ayudará a definir estrategias para minimizar el impacto del proceso

Precisamente en la reunión de Venecia se elaboró la lista de "lo que hace falta", el índice de temas de lo que será el quinto informe de este observatorio sobre los efectos del cambio climático, que tendrá que estar acabado en 2014 y fijará las pautas para la elaboración del protocolo que sustituirá al de Kioto. "El anterior informe, de 2007, era bastante completo, y en el nuevo lo que se pretende es entrar en detalles de políticas de actuación y de avances científicos, en un contexto en el que las nuevas tecnologías aún se están desarrollando y no todos los países están colaborando en adoptar medidas contra la emisión de gases", intenta resumir Labandeira el objetivo global planteado en la reunión de Venecia.

Para elaborar ese informe sobre los efectos del cambio climático, que tendrá que ser refrendado por los estados miembros del IPCC en un pleno previsto para final de año en Bali (Indonesia), los expertos de todo el mundo se dividieron en tres equipos de trabajo. Los científicos coparon el primero, encargado de realizar una radiografía del proceso de emisión de gases causantes del efecto invernadero. El segundo, sobre la base de las conclusiones del primero, medirá los impactos de ese proceso en distintos sectores. El tercero, compuesto sobre todo por ingenieros y economistas, incluido el catedrático vigués, definirá las estrategias políticas y tecnológicas para minimizar ese impacto.

Unas estrategias que todos, empezando por sus propios diseñadores, saben que no son sencillas, o como compara el especialista vigués, no es como atacar la proliferación de bolsas de plástico, que se puede hacer con impuestos, porque "las nuestras son unas sociedades carbonizadas, altamente dependientes de las energías fósiles". "Hay problemas tecnológicos y también éticos, como que los países desarrollados llevan emitiendo gases desde la Revolución Industrial, y ahora exigen a economías emergentes que dejen de hacerlo. Pero hay que involucrar a esas sociedades, porque esta es una cuestión absolutamente global. Poco importa que aquí seamos muy restrictivos, si las empresas van y se deslocalizan a zonas donde no tienen esos impedimentos", asegura Labandeira, que reconoce el problema de que los gobiernos apliquen esas políticas, entre otras cosas porque no tienen efectos inmediatos y no las ven como prioritarias, "aunque es una cuestión de equidad intergeneracional".

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Labandeira no entra a discutir las tesis negacionistas, las voces que refutan la existencia del cambio, y apuesta por prever y adaptarse a lo que va a pasar. "Las inercias climáticas son difíciles de invertir. Cada vez se habla más de adaptación, de asumir que habrá ciertos aumentos de temperatura, que será necesario construir diques, cambiar cultivos... Aquí no será fácil, pero lo dramático son las consecuencias en lugares como el centro de África", señala. El catedrático tampoco se atreve a valorar los efectos concretos en Galicia. "Sé que la Xunta anterior creó un grupo de trabajo, pero no conozco las conclusiones. Imagino que la afección será importante, dado que tenemos mucho tramo costero, y la relevancia del sector primario", conjetura.

Sí es algo más contundente en el análisis de las políticas fiscales verdes: "Las tasas que gravan las emisiones que contribuyen al efecto invernadero no tienen mucho sentido a nivel autonómico, ni siquiera español, pero sí sería necesario una mayor carga impositiva sobre los carburantes para reducir el transporte personal o de mercancías, que en Galicia es demasiado recurrente, y en España tiene una tributación relativamente baja. Lo que habría que vigilar aquí es la planificación urbanística y la tipología de la construcción".

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