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Reportaje:

Las grandes empresas afrontan el relevo

Comienzan a implantarse protocolos de sucesión para regular los procesos de relevo - Tojeiro y Finsa abanderan las segundas y terceras generaciones

Al menos una docena de los veinte mayores grupos gallegos por volumen de negocio preparan y acometen un calculado proceso de relevo cuyo objetivo no es otro que dar continuidad al proyecto empresarial. Y lo hacen, en la mayoría de los casos, de forma casi natural, dando entrada en sus consejos de administración a jóvenes herederos que están llamados a futuras tareas ejecutivas. También ponen en práctica estos planes a través de protocolos de sucesión, que ahora comienzan a implantarse en Galicia, según explica José Antonio Novo, director de la Cátedra de Empresa Familiar de la Universidad de A Coruña.

Grupos como Tojeiro, San José, Nosa Terra XXI (Remolcanosa y Povisa), Inveravante (Manuel Jove), Rodman o Jealsa conforman la avanzadilla que cuenta ya en tareas ejecutivas, y en los máximos órganos de administración, con la segunda generación. Otros, como en el caso de multinacionales como Pescanova, Calvo o Finsa, es la tercera generación, los nietos, la que asume responsabilidades. A esta nómina se suman empresas que, de uno u otro modo, preparan de forma constante el futuro, como Inditex, Industrias Losán, Cupire Group o la centenaria Hijos de Rivera.

Sólo el 13% de los encuestados reconoce tener un plan de sucesión
Si el protocolo no se cumple, las familias "suelen acabar en el juzgado"
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"El tránsito del fundador a sus hijos se suele demorar, pero lo más importante para acometer estos procesos es que quien ejerce en ese momento el poder en la compañía lo vea, que crea en ello", insiste Novo. En su opinión, "el tópico de abuelo empresario, hijo ingeniero y nieto poeta comienza a romperse, y lo hace de la mano de protocolos de sucesión cuya implantación está generalizándose".

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Elaborados en la mayoría de los casos por despachos profesionales externos, estas hojas de ruta marcan no sólo la sucesión, sino la organización patrimonial del grupo, regulando su estructura accionarial, creando sociedades holding, pero también ordenando la propiedad de inmuebles y valores. Desde la aprobación del real decreto que regula la publicidad en los protocolos familiares, en 2007, estos documentos apenas se han inscrito en Galicia, una prueba del recelo que supone difundir este tipo de procesos. En algunos casos se llegan a crear comités de liquidez, implantados para que los herederos puedan pedir recursos a la caja de la empresa.

Gran parte se agrupan en una patronal, la Asociación Gallega de Empresa Familiar, presidida actualmente por José Silveira, fundador de Nosa Terra XXI. Son 45 socios los que integran la AGEF, con un volumen de ingresos agregado de 7.616 millones de euros, el 16% del PIB gallego, y 48.720 personas en plantilla. "La continuidad nunca está garantizada -señala Silveira-, pero sí ayuda la motivación de los posibles sucesores, un entorno social favorable y un tratamiento fiscal adecuado". De acuerdo con él, la familia debe anteponer la empresa a los intereses particulares y, sobre todo, "sentirse partícipe de sus logros".

En todo caso, la clave está en anticipar problemas. A juicio de Antonio Fontenla, presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, cuando los protocolos no se cumplen las familias "suelen acabar en el juzgado".

Según un estudio del Departamento de Análisis Económico de la Escuela Politécnica Superior de Ferrol sobre los criterios de elección de sucesor, "hay un sensible cambio de tendencia desde un criterio de primogenitura hacia otro basado en la capacidad del sucesor". Ese análisis incorpora una de las pocas encuestas que existen realizada en el seno de grupos familiares que han rematado con éxito el proceso. Y los datos son reveladores. Para 68 de cada cien consultados, el principal problema es la planificación del proceso en su conjunto, mientras que en otro 18% de los casos el mayor hándicap reside en la elección de sucesor adecuado.

¿Existe plan de sucesión en la empresa? Para el 48% de los encuestados, sí, pero sólo el 13% confiesa que los está poniendo en práctica.

Tiempo para pensar en ello han tenido empresarios como Manuel Jove. El ex presidente de Fadesa, ahora al frente de Inveravante, ha incorporado a sus hijos Manuel Ángel y Felipa Jove Santos, a las tareas ejecutivas. Reparten sus responsabilidades entre el área patrimonial (gestión de suelo, hoteles e inmuebles) y la Fundación María José Jove, primogénita del empresario fallecida de forma prematura.

Las constructoras españolas son, por tradición, un reino de sagas familiares, pese a que la crisis amenaza con dejar en la cuneta algunos descendientes. No parece que sea el caso de Jacinto Rey Laredo, hijo del presidente y fundador de la constructora, que fue nombrado consejero hace poco más de un año. Es todavía una persona joven que tiene mucho recorrido en la empresa. Preside Udra, una de las sociedades del grupo, y es vicepresidente de Pontegran.

Finsa, otras de las grandes empresas familiares, aborda ahora la asunción de responsabilidades dentro del grupo por parte de la tercera generación, y aplica protocolos en lo que en la jerga académica se entiende como "consorcio de primos".

Desde Inditex aclaran que el suyo no es un plan de relevo propiamente dicho, sino que la integración de Marta, la hija de Amancio Ortega, fundador y presidente del grupo textil, forma parte de un proceso de incorporación, desde abajo, a tareas para las que algún día estará llamada, pero que de momento consisten en un profundo conocimiento de la organización.

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