_
_
_
_
_
Necrológica:'IN MEMÓRIAM'
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Javier Piera, el éxito silencioso

Necesito hablar de un amigo que se nos ha ido, no sólo por ser amigo, sino porque ayuda a entender a nuestra sociedad. Javier Piera Serra, fundador de la compañía en la que trabajó, EuroPraxis, y director general de nuestro accionista, Indra, nos dejó en la madrugada del 25 de junio víctima de un infarto masivo. Hasta aquí la noticia, una persona joven, 49 años, a caballo entre Madrid y Barcelona, deportista, sin otro vicio que el tabaco, a quien de repente el corazón le dejó de funcionar.

Javier pertenecía a una generación de empresarios-consultores de éxito. En el tanatorio había un buen puñado de ellos, fundadores de Cluster, factótum de Mac Group, socios de referencia en el espectacular crecimiento de Accenture. Y abogados de prestigio, profesores de escuelas de negocio, socios de auditoría... profesionales que trabajan asesorando a quienes llevan las riendas de este país.

Se ha ido antes de cumplir los 50, pero su legado es espectacular

Nos llenamos la boca con la sociedad del conocimiento, con que hemos de avanzar hacia una sociedad de servicios cambiando el paradigma económico pero, simultáneamente, negamos el reconocimiento a personas como Javier capaces con otros socios, y amigos, de crear una firma que puede mirar profesionalmente de tú a tú a monstruos internacionales, que sirve a la práctica totalidad de las mayores y mejores empresas españolas y latinoamericanas. Y, curiosamente, durante mucho tiempo sólo ha salido en la prensa local por el pecado mortal de contar entre sus fundadores con otro personaje singular y brillante, Josep Pujol i Ferrusola, cuyo primer pecado es de nacimiento, ser hijo de quien es... Así somos, un país pequeño, envidioso, que idolatra gurús de barro y culpabiliza el éxito de personas como Javier, Josep, o como los fundadores de Cluster que pasaron por la directiva del Barça, o como tantos otros profesionales que tienen que pedir perdón o disimular su éxito. ¿Para qué queremos tantas escuelas de negocio de prestigio? ¿Sólo para exportar talento? Así no vamos a ningún lado.

Javier se ha ido antes de cumplir los 50, pero su legado es espectacular: una firma de consultoría estratégica que nada tiene que envidiar a los líderes mundiales dentro de la segunda empresa de tecnología europea, Indra, que también tiene otro pecado original, ser española. Javier, junto Josep Pujol, Joan Vergés y otros adorables locos emprendedores, fundó su empresa hace quince años, la vendió hace ocho, pero seguía trabajando por ella y por su accionista, seguía haciendo de este país y de nuestra economía un motivo para estar orgullosos. Sí, Javier trabajaba porque quería, qué suerte, qué envidia, qué mérito. Y si miramos con detalle en nuestro entorno hay, felizmente, más como él. Eso sí que es triunfar.

Escribo este artículo desde las tripas, es verdad, pero ojalá no haya que perder a muchos como Javier para darnos cuenta de que Catalunya no se construye desde el recelo y los complejos. ¿Por qué no copiamos el arrojo del Banco Santander que pone su enseña en todo el mundo? ¿Por qué pedir perdón por el éxito?

Javier, te has ido pronto, demasiado pronto. Pero has hecho los deberes. Ojalá tu ausencia ayude a despertar a una sociedad demasiado acostumbrada a hacer pedir perdón a los pocos que triunfáis en ella. Seguro que allá donde estés hay más amplitud de miras.

José Antonio Bueno es socio de Europraxis.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_