José María Bengoa Lecanda, médico
José María Bengoa (Bilbao 1914-2010) fue un médico cuya vida cambió radicalmente con la Guerra Civil. En un artículo que publicó él mismo, y que me proporcionó el senador Anasagasti, que se titula El exilio vasco en Venezuela y los médicos, cuenta los estragos de la guerra y, citando a Martín Ugalde, explica los tres exilios que sufrieron los vascos: la primera oleada, la que se produjo con la ocupación de Guipúzcoa por los rebeldes, la segunda al caer Bilbao y la tercera debido a la II Guerra Mundial. Bengoa, que había luchado junto al lehendakari Aguirre organizando los hospitales de campaña y la retaguardia, recaló en Venezuela como otros muchos médicos y exiliados vascos. "Unos vinimos recién graduados, con escasa experiencia", comenta el propio Bengoa, y recuerda con cariño la llegada de los doctores Díaz de Rekarte y Luis Bilbao, este último el médico de cabecera de la colonia vasca exiliada. Su vida en Venezuela comenzó en la localidad de Sanare, donde, asegura, aprendió toda la medicina social que practicó en su vida.
Bengoa era un bilbaíno genuino. Había nacido en el casco viejo y eso no lo olvidó nunca. Yo le conocí en el primer Gobierno vasco de la democracia, como asesor del consejero Javier Aguirre. A mí me habían nombrado director de Hospitales, para pasar luego a ocupar la plaza de director general de Osakidetza, y allí tuve ocasión de conocer y convivir con Jose Mari. Nosotros éramos hombres de acción, había que poner en marcha el Servicio Vasco de Salud. Él era hombre de acción y reflexión y consiguió que diéramos mucha importancia a lo que siempre se ha denominado la salud pública: al control de los alimentos, del agua, la nutrición, la contaminación o la educación sanitaria. Allí ejerció de verdadero maestro. Pero, además, su experiencia era tan grande (lo había sido con el Ministerio de Sanidad venezolano, tenía una gran experiencia internacional a través de la Organización Mundial de la Salud) y su perspectiva tan universal, que ejerció su magisterio en la sanidad y en la vida.
En los últimos tiempos, siendo alcalde, coincidía con él y con Amaia, su esposa, en algunos eventos. Siempre cordial y positivo. ¡Cuántas veces me ha animado a proseguir con el desarrollo de Bilbao! Volvió definitivamente de Venezuela y murió aquí, en su tierra vasca, de la que tuvo que salir debido a la sublevación militar y a la guerra. Bengoa fue un vasco universal, se lo recordaron cuando recogió uno de sus últimos premios en la Fundación Sabino Arana, que amó entrañablemente a su país Euskadi sin perder la perspectiva universal. Hombre ilustrado, de espíritu liberal, bilbaíno, formó con su esposa Amaia Rentería una gran familia a la que envío mi más cariñoso abrazo. Jose Mari, ikusi arte.
Iñaki Azkuna es alcalde de Bilbao.
