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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Juan Pulido, batería de la Banda Trapera del Río

Juan Raf Pulido, batería y letrista de La Banda Trapera del Río, falleció ayer en Barcelona a los 53 años a causa de un cáncer de garganta. Se unió al grupo poco después de su primer concierto, el 13 de noviembre de 1976, para muchos la fecha de nacimiento del punk español. Tenía 19 años y era el mayor y más experimentado de los componentes de La Trapera. "Un magnífico poeta. Uno de los mejores letristas de rock en lengua hispana sin saberlo ni pretenderlo", en palabras de Iñigo Munster, responsable de Munster Records, discográfica que revitalizó al grupo en los años noventa.

"Me gusta estar libre, no puedo estar encerrado en una fábrica", contaba Pulido, hijo de un pequeño industrial y que antes de entrar en el grupo fue aprendiz de mecánico o lampista. En su primera época, de 1976 a 1982, antes de que la heroína y el desgaste de la carretera sin dinero llevaran a una separación casi violenta, este "grupo de adolescentes rebeldes" de Cornellà, según su cantante, Morfi Grei, publicó un álbum homónimo fundamental para entender este estilo en España. "Podían ser espectacularmente violentos y su capacidad para crear algaradas estaba fuera de toda duda", escribía en 2006 el periodista Jaime Gonzalo en Escupidos de la boca de Dios, su biografía de la banda.

Para varias generaciones, estos autodestructivos hijos del cinturón industrial de Barcelona fueron un mito por sus excesos. Durante los ochenta, las copias en casete del álbum circulaban como un tesoro de mano en mano entre adolescentes que llevaban años oyendo hablar de temas como Curriqui de barrio, nacido del polvo de un borracho y el coño de una puta o La regla, y de aquella pandilla de salvajes rockeros. Decenas de grupos de toda España les mencionaban entre sus referencias básicas. Por eso, en 1992 volvieron para recoger los frutos de aquella leyenda y publicaron Guante de guillotina, su segundo álbum, grabado originalmente en 1982. Después vendría Directo a los cojones (1993), grabado en vivo, y Mentemblanco (1994), su último trabajo en estudio antes de una segunda separación igualmente traumática por las desavenencias entre Pulido y Morfi Grei, el cantante del grupo.

En 2004 moría Tío Modes, el tercer miembro mítico, lo que facilitó un pequeño acercamiento entre los dos supervivientes, que culminó con una tercera reunión en 2009, en principio para una actuación en Cornellà. El éxito del concierto, al que acudieron más de 3.000 personas, motivó una tercera encarnación de La Banda..., que incluía como guitarrista a Raúl, su hijo. Actuaron en Bilbao y A Coruña, antes de que el cáncer le impidiera tocar.

La herencia de sus letras se detecta en decenas de bandas de rock. Los Estopa, el grupo más popular de Cornellà, reconocen que crecieron escuchando sus temas. "Al final me salí con la mía", decía en 2006, "quería que la gente entendiera esas letras, que mi manera de ser no cambiara, que La Trapera nos sobreviviera".

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