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Necrológica:'IN MEMÓRIAM'
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Julius Shulman, fotógrafo de la arquitectura moderna

Anatxu Zabalbeascoa

Antes de convertirse en arte y pasar a hablar del sujeto fotógrafo tanto como del objeto fotografiado, la fotografía descubría e inmortalizaba lo existente. Ese servicio resultó fundamental para la arquitectura. Tan paralelo fue el desarrollo de estas dos disciplinas, que algún día se deberá reconocer el papel de los fotógrafos como historiadores de la arquitectura del siglo XX, es decir, de la arquitectura moderna. Julius Shulman, fallecido el pasado 17 de julio a los 98 años en Los Ángeles, fue el fotógrafo de la arquitectura moderna. Y lo fue por casualidad.

Nnacido en Brooklyn (Nueva York) en octubre de 1910, de familia judeo-rusa, emigró a Los Ángeles con su madre y sus cinco hermanos cuando su padre murió de tuberculosis. Allí, en la escuela elemental, hizo su primera fotografía, que conservó y que llegaría a vender por un elevado precio 70 años después.

Vocación casual

Sin embargo, no descubrió su vocación como fotógrafo hasta que alguien percibió su talento. Fue un arquitecto. Mientras terminaba sus estudios de ingeniero en Berkeley, fue a visitar a su hermana y ésta le llevó a la extraña casa que Richard Neutra había levantado en su vecindario. Era la Kun House y, ante aquella vivienda tan sorprendente, hizo lo natural: una foto, con una Kodak Instamatic. El arquitecto austriaco quiso verla. Aseguró que nunca había visto una foto como aquella y pidió más. Shulman decidió convertirse en fotógrafo.

Sin embargo, no abrió su estudio profesional hasta 14 años después. Era 1950 y, con su cámara, los mejores trabajos de Frank Lloyd Wright, Rudolf Schindler, Albert Frey o Charles y Ray Eames quedaron inmortalizados. Era un fotógrafo de imágenes únicas y exposiciones lentas. La famosa casa Kaufmann que Neutra levantó en Palm Springs en 1946 fue capturada tras 45 minutos de exposición. El resultado consigue retratar algo contemporáneo (de aquel momento) que es, a la vez, algo eterno. ¿El secreto? La limpieza de la imagen, pero, sobre todo, la centelleante luz del desierto.

Los años cincuenta fueron un momento de optimismo para la arquitectura. Se volvió a creer que era posible tener una casa digna, moderna, de fácil construcción y cómodo mantenimiento. Las Case Study Houses, viviendas con elementos prefabricados de vidrio y metal, se construían en una semana. La que el matrimonio Eames levantó en Pacific Palisades es una de las más famosas, que Shulman retrató, como la de Pierre Koening en 1959, con dos mujeres charlando en la sala de estar en lugar de en la cocina. Tras retirarse en 1986, fotografió para Frank Gehry el auditorio Disney de Los Ángeles y el Guggenheim de Bilbao. En 1995, el Getty Center adquirió su archivo, más de 260.000 imágenes con las que hizo hablar a los introvertidos edificios modernos.

Julius Shulman, en 2008.
Julius Shulman, en 2008.REUTERS

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