Melvin Simon, rey de los 'mall'

Si había que buscar una opinión fiable de por dónde van las cosas en medio de la fuerte tempestad que desde hace dos años azota al sector inmobiliario en EE UU, la persona indicada era Melvin Simon. El empresario, una de las mayores fortunas del país, propietario de uno de los grandes equipos de la NBA y productor de la comedia Porky's, falleció el 16 de septiembre en Indianápolis a los 82 años, por causas naturales.

Se crió en el Bronx. Su padre era sastre en Nueva York. Pero donde es verdaderamente una leyenda es en Indiana. Allí, durante cuatro décadas, estuvo al frente de Simon Property Group, el mayor promotor y gestor de inmuebles para centros comerciales en los suburbios de las grandes ciudades, unos de los lugares hacia donde los estadounidenses emigran en masa los fines de semana.La compañía también es propietaria o controla parcialmente shopping malls en Europa y Japón. El empresario llegó a Indianápolis en los años cincuenta, cuando servía para la Armada estadounidense en el cuartel Benjamin Harrison. Empezó vendiendo enciclopedias. Cumplidos sus deberes militares, en 1960 fundó junto a su hermano pequeño Herbert la firma Melvin & Associates.

Lo que empezó como un pequeño centro para dar acogida a supermercados y farmacias en Bloomington acabó convirtiéndose en un proyecto de gran escala, que cobró forma en 1992 con la apertura dos gigantescos complejos: el Mall of America, a las afueras de Minneápolis, y Circle Center Mall, en el centro de Indianápolis. La compañía está en manos de su hijo David desde 2007, cuando renunció a la presidencia.

Su interés iba más allá del negocio comercial. En 1983 compró el equipo de baloncesto los Pacers, que convirtió en uno de los grandes de la Liga profesional NBA. También fue productor de cine entre 1970 y 1980. Su gran éxito en la arena del celuloide fue la comedia Porky's. En total hizo 25 películas. En una entrevista admitió después que su paso por Hollywood fue una gran lección, y que nunca más pondría los pies por allí. Tenía motivos para decirlo, y no precisamente de tipo financiero. El secuestro de su hija Deborah le marcó. La joven logró escapar de su captor un día después de que éste pidiera medio millón de dólares por dejarla en libertad.

La crisis actual redujo su fortuna a la mitad. Forbes estimó recientemente su riqueza personal en 1.300 millones, lo que le colocó entre los 559 hombres más ricos del mundo. Era un filántropo y se interesó por la política, hasta el punto de ser uno de los grandes contribuyentes al Partido Demócrata y a la campaña del actual presidente Barack Obama. A pesar de todo esto, era reservado. La familia no quiso hablar de los motivos de su muerte. Hacía varios meses que no aparecía en público, y su propio hermano pidió en julio que se rezara por él durante un evento en el que se reconoció su labor empresarial.