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Reportaje:EL REGRESO FORZADO DE UNA DIVA

Oprah quiere que le devuelvan su corona

Ni un Oscar honorífico concedido a su labor humanitaria parece esconder la realidad: desde que la presentadora más famosa de EE UU abandonara su programa, todo han sido malas noticias para su imperio mediático. Así es como la diva prepara el contraataque

Oprah Winfrey no está teniendo un momento Oprah. Durante 25 años, en su programa, la reina de las tardes televisivas glorificó esos momentos, que ella inventó. ¿Y qué son los momentos Oprah? Memorables instantes de autodescubrimiento. Ayudados por Oprah, entrevistados de todo tipo, famosos o no, protagonizaron esos clímax de satisfacción y plenitud en riguroso directo. Por ejemplo: Isabella Rossellini se dio cuenta de que quería volver a estudiar. Glenn Close descubrió que necesitaba hablar en público de la enfermedad mental de su hermana. Eva Longoria encontró sus raíces en México.

La propia Oprah, de 57 años, necesita ahora un momento de esos como nadie puede haberlo necesitado desde hace años. Acabó en mayo su programa diario de televisión en abierto para crear un nuevo canal de cable que solo 11 meses después de abrir hace aguas por todas partes. En el Titanic de sus empresas mediáticas también se hunde su revista, O, que pierde anunciantes y circulación por todos los costados. Lo mismo sucede con su página web, que en el pasado fue el exitoso portal de acceso a su mundo catódico de ternura y compasión. Hasta su mejor amiga abandona el barco, algo para lo que nunca se preparó a la audiencia en ninguno de los 4.561 episodios de The Oprah Winfrey show.

Fue Oprah quien pensó que toda su maquinaria podía funcionar sin que ella presentara
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Esa amiga es la presentadora Gayle King, de 56 años. Tan amigas son, de hecho, que hace un año Oprah tuvo que negar en una entrevista con la veterana periodista Barbara Walters que fueran novias. "Es la madre que nunca tuve. La hermana que todos querrían tener. No conozco a una persona mejor", dijo. "No soy lesbiana... Ni siquiera soy un poco lesbiana. Y esas afirmaciones me enervan porque implican que yo puedo estar mintiendo. Eso en primer lugar. Y en segundo lugar: ¿por qué iba a querer esconderlo? Yo no vivo mi vida de ese modo".

Oprah, de hecho, tiene novio. Se trata del empresario y conferenciante Stedman Graham, de 60 años. Se prometieron brevemente en los años noventa, aunque nunca llegaron a pasar por el altar. Graham, sin embargo, no ha sido, como Gayle, un pilar en la vida de Oprah. Tan importante ha sido Gayle, que cuando Oprah creó su nuevo canal, OWN (las siglas de Oprah Winfrey Network), fue la primera en recibir un programa propio. Pero eso ya es cosa del pasado. A mediados de este mes, Gayle anunció que dejaba el canal de Oprah y se marchaba a la cadena CBS, a copresentar, con el entrevistador Charlie Rose, un programa matinal, uno de los puestos más preciados de la televisión en abierto de EE UU. Oprah le deseó suerte. Y comenzó a prepararse para lo que ha de venir, que no es poco.

Su cadena no va nada bien. Uno de sus programas de horario de máxima audiencia, el de Rosie O'Donnell, ha caído, según la consultora Nielsen, de 497.000 a 185.000 espectadores de media semanal. En verano, el canal cayó del puesto número 45 al 73 en las clasificaciones de cadenas de cable más vistas. Ya en mayo, Oprah había destituido a la consejera delegada de la cadena, Christina Norman, para sustituirla por Peter Liguori, un veterano en el sector de la producción en Hollywood. Cambiar al entrenador a mitad de partido no ha servido de nada. El canal aún va mal. Y Oprah ha decidido hacer lo único que parece que puede hacer a estas alturas: volver.

Suele sucederle a las divas. Del cine, de la música y también de la televisión. En una borrachera de éxito, anuncian que se retiran. En la mayoría de las ocasiones, cuando las cosas van o muy bien o aceptablemente bien. Desaparecen durante algunos meses (a veces semanas, o días). Y apresuradamente deciden regresar. No soportan el olvido. Hace dos semanas, Oprah reveló que el 1 de enero vuelve a televisión con su nuevo programa, El siguiente capítulo de Oprah. Se emitirá los domingos. Y será un momento Oprah tras otro, en constante frenesí de sentimientos: Oprah visita Haití con Sean Penn; Oprah acude a la casa de Steven Tyler, de Aerosmith; Oprah camina sobre brasas con el gurú Tony Robins.

Puede haber influido en su decisión el hecho de que la publicidad en su revista cayera en septiembre un 19% respecto al año anterior. La circulación cayó ese mismo mes 256.000 ejemplares, situándose en 2,4 millones, por debajo de otras cabeceras como Cosmopolitan o Woman's Day, según Hearst. La consultora comScore revela además que las visitas a Oprah.com cayeron en octubre un 18% respecto al mismo mes del año anterior. Se miren como se miren, las cosas no van bien en casa de la diva.

Fue, sin embargo, la propia Oprah quien pensó que toda su maquinaria mediática podía funcionar sin que ella presentara un programa. Se equivocó. Puede que haya una revista con su foto en portada cada mes. Puede que haya un canal que lleve sus iniciales y emita las 24 horas del día. Y puede que, como sucedió la semana pasada, le den hasta un Oscar honorífico por su trabajo humanitario. Pero un imperio de Oprah en el que Oprah está ausente es como un barco sin capitán, que puede hundirse ante el primer trozo de hielo que encuentre.

DE ACTRIZ SECUNDARIA A REINA DEL 'SHOW'

Hace 25 años, Winfrey fue nominada al Oscar a mejor actriz secundaria por 'El color púrpura'. No lo ganó, pero allanó el terreno para el Oscar honorífico que le entregó la Academia el pasado 12 de noviembre. Esa noche, la empresara agradeció a Quincy Jones que la recomendara a Spielberg para aquella película tras verla en un 'talk show' de Chicago. La velada entre amigos dio también lugar a bromas, como la de John Travolta, que se apuntó el tanto de introducir a Oprah en el tequila, y discursos emotivos, como el de Maria Shriver hacia la que fuera su compañera en la emisora

WJZ-TV en Baltimore en 1978.

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