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Reportaje:Diseño

Electrodomésticos sin factura de electricidad

Proliferan los aparatos activados con energías alternativas

Anatxu Zabalbeascoa

En plena era de conexión a las redes sociales, la ola low tech ( uso eficiente y tecnología sencilla) que recorre el planeta está desconectando los electrodomésticos de cada vez más viviendas. Y lo hace anunciando desde esas redes el cambio de costumbres y la llegada de nuevos electrodomésticos no eléctricos. Entre las máquinas de baños y cocinas se extiende la práctica de reemplazar las fuentes tradicionales de energía por otras alternativas, como las placas solares o la fuerza manual, hasta ahora descartadas por caras, ineficaces o inaccesibles en el ámbito de la pequeña escala.

Así, proliferan calculadoras, linternas o incluso balanzas de precisión digitales que trabajan con energía solar. Con todo, los aparatos que dan el esquinazo a las pilas no están solos. También parece el momento de nueva-vieja generación de pequeños utensilios que proponen recuperar la fuerza manual a la hora de cocinar en casa. Eso sí, empleando esta vez mucho menos esfuerzo. Ese es el caso de la picadora Twistcut que la empresa alemana Leifheit acaba de lanzar al mercado. Se trata de un aparato sin cables, tan eficaz como un robot de cocina, que funciona cuando se presiona con la mano el mecanismo de giro. La picadora-batidora ocupa apenas 15 centímetros cuadrados y sirve para cortar frutas y verduras. Además, puede emplearse también para montar claras o nata, mezclar salsas o batir purés. Y todo sin enchufes ni pilas. La época de los electrodomésticos de un solo uso (picar o batir) parece superada también con estas nuevas herramientas que funcionan sin electricidad. En el Twistcut, el mecanismo de giro se puede desmontar para lavar y para guardar en el cajón de los cubiertos. El recipiente transparente donde se pican las verduras se cierra herméticamente y puede utilizarse para conservarlas en la nevera.

También la báscula Solar Sense (de la empresa Soehnle) permite pesarse sin gastar pilas. Su diseño transparente de cristal de seguridad incorpora en la carcasa de acero dos células fotovoltaicas que captan la luz, artificial o natural. Basta muy poca cantidad para cargar de energía la báscula. Y apenas dos segundos para que el sistema de encendido la ponga en marcha. El reto de esta otra empresa germana ha sido hacer funcionar una báscula digital de precisión con tan poca energía. El desafío ha sido posible gracias a cuatro microsensores, ubicados en la balanza, que necesitan poca alimentación cuando hasta ahora estos aparatos requerían más cantidad de energía que la necesaria para una calculadora.

Con todo, lo que hace posible que la opción de bajo consumo energético sea viable en el ámbito doméstico -donde el precio es el que termina por decidir los hábitos-, ha sido una cuestión de diseño. La que ha llevado a estas dos firmas alemanas a invertir en moldes y en la investigación que les ha permitido poner a la venta sus productos alimentados por energías alternativas a precios eléctricos (el picador cuesta 22 euros) sin riesgo de sobrecarga.

De izquierda a derecha, báscula Solar Sense y picadora Twistcut.
De izquierda a derecha, báscula Solar Sense y picadora Twistcut.

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