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Gran lío en la BBC por una broma sexual de mal gusto

Suspendidas dos estrellas por burlarse de un cómico veterano

Más vale caer en gracia que ser gracioso. Andrew Sachs, un actor británico de 78 años, cae en gracia desde que en los años setenta encarnó a Manuel, un camarero español, en Fawlty towers, una de las comedias más célebres de la historia de la BBC. Jonathan Ross y Russell Brand van de graciosos. El primero es el presentador mejor pagado de la corporación británica. El segundo es una joven estrella ascendente ante el que los críticos no se ponen de acuerdo: unos subrayan la inteligencia que se esconde tras su imagen descuidada y otros creen que es absolutamente imbécil.

Sea como fuere, Ross y Brand han sido suspendidos de sus empleos por el director general de la BBC hasta que se decida qué hacer con ellos después de que 18.000 ciudadanos se hayan quejado por la broma de mal gusto que le jugaron a Sachs la semana pasada. Hasta el primer ministro, Gordon Brown, ha terciado en el asunto para declarar que su comportamiento ha sido inaceptable. Anoche, Brand presentó su dimisión y Ross pidió disculpas.

Miles de ciudadanos se han quejado a la cadena por emitir la burda grabación

Todo empezó el jueves de hace una semana, cuando grababan un programa de BBC Radio 2. Habían concertado una entrevista telefónica con Andrew Sachs, pero cuando llamaron se encontraron con que el actor no estaba en casa. Quizá contrariados, dejaron un largo mensaje en el contestador automático con diversas palabrotas y explicando que uno de ellos se había acostado con la nieta del actor aunque pidiéndole que no se suicidara por ello.

Lo peor es que, dos días después, la BBC decidió emitir la grabación en el programa de los sábados de Russell Brand, pese a que el actor se había declarado ofendido por el mensaje y había acordado con los productores que ese material no se utilizaría y que la semana siguiente grabarían una entrevista de verdad.

El escándalo ha ido subiendo de tono con los días y ha cogido por sorpresa a la BBC, que ha tardado demasiado en reaccionar. Sachs estuvo ayer contemporizador y no quiso pedir el despido de los presentadores, aunque les pidió que se disculparan ante su nieta, ante su esposa y ante su hija. Pero la nieta, Georgina Baillie, no está por aplicar paños calientes y ha declarado que Jonathan Ross y Russell Brand han de ser despedidos.

Jonathan Ross (izquierda) y Russell Brand, estrellas de la BBC.
Jonathan Ross (izquierda) y Russell Brand, estrellas de la BBC.AFP

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