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Reportaje:

Noche española en Nueva York

Javier Bardem, sin ocultar su espíritu republicano, fue condecorado por la Reina junto a Adrià y Mario Testino

Un año más Nueva York fue por un día una ciudad española. El motivo: la entrega de las medallas de oro que el Queen Sofía Spanish Institute otorga a personalidades que promueven la cultura del mundo de habla española en Estados Unidos. La reina presidió un acto lleno de glamour en el que se reconoció la labor del cocinero Ferran Adriá, el actor Javier Bardem, el fotógrafo Mario Testino y el banquero Kenneth Chenault. Una cena de gala en la que las damas lucieron traje largo y los caballeros esmoquín, todos menos Javier Bardem que se saltó el protocolo al presentarse con un traje oscuro y sin corbata. Bardem también dejó claro que no aparcaba su sentimiento republicano por estar ante la Reina de España y explicó que aceptaba el galardón como respeto al compromiso de la institución con la cultura española. Y se declaró "orgulloso" de pertenecer a un país "lleno de sabores, colores y paisajes diferentes". Pero sobre todo por su gente, "que pide ahora un país mejor". El actor fue presentado por el periodista Charlie Rose y compartió mesa durante la cena de gala con Anna Wintour.

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En su discurso, doña Sofía habló de que Nueva York refleja la "fuerza y la riqueza" de los "firmes lazos" que unen España y EE UU. Lazos que puso de evidencia el expresidente estadounidense Bill Clinton, en su cálida introducción de la ceremonia. Fue un discurso construido sobre la idea de la "identidad positiva", como vehículo de un país para preservar su cultura. "Se debe tener una identidad diferente, sin que sea divisiva", reiteró el político. Señaló que cada país necesita mantener su cultura, su música, su literatura y su gastronomía "para saber dónde está". Pero dejó claro que eso debe hacerse "sin necesidad de tumbar al otro". De hecho, para Clinton la cuestión de la identidad puede ser estos días "un orgullo y un demonio".

Identidad positiva que el expresidente dijo es vital para salir del actual atolladero de la crisis y afrontar retos como la inmigración. Sus palabras marcaron el curso de la ceremonia. El cardiólogo Valentín Fuster introdujo la primera medalla, que recibió Ferran Adrià. Clinton le preguntó antes si era verdad que elBulli era el mejor restaurante del mundo. "Sí, pero está cerrado", le contestó el afamado cocinero. Adriá aseguró que el galardón es un reconocimiento a toda la cocina española, de referencia en el mundo.

La editora de Vogue, Anna Wintour, hizo la introducción de la medalla al fotógrafo peruano Mario Testino, quien cámara en mano tomó una instantánea desde el estrado. Su discurso fue directo y dedicó el premio a "la gente que arriesga para venir" a EE UU. "Son ellos los que promueven nuestra lengua, nuestra cultura y nuestra comida".

La última medalla de la noche fue para Chenault, consejero delegado de American Express, tras la introducción de la presentadora Barbara Walters. Junto a estos galardones, la Reina colocó al diseñador Óscar de la Renta la banda de la Gran Orden del Mérito Civil, que en febrero le concedió el rey Juan Carlos. De la Renta es el presidente del instituto que lleva el nombre de doña Sofía y uno de sus diseñadores favoritos.

Charlie Rose, Javier Bardem, la Reina y detrás, Óscar de la Renta.
Charlie Rose, Javier Bardem, la Reina y detrás, Óscar de la Renta.AFP

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