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El Yo confieso de Enrique Martin Morales

Ricky Martin se sincera en unas memorias en las que narra la atormentada etapa en la que ocultó su orientación sexual

"Mi verdadero nombre es Enrique Martin Morales, pero la gran mayoría de la gente me conoce como Ricky Martin: músico y cantante, compositor, filántropo y quizás hasta haya algunos que sepan que también soy actor". Así comienza a relatar su vida, en la autobiografía que sale a la venta el próximo martes, uno de los cantantes latinos más conocidos en todo el mundo. En la lista de cosas que sabe hacer, deja fuera de la lista el título de escritor. Y es que el libro, titulado Yo, no es ninguna joya literaria. Pero tampoco aspira serlo. Ricky Martin cuenta con una candidez pasmosa cómo ha llegado a ser la primera estrella latina que vive a gusto con su homosexualidad y la paternidad de dos hijos engendrados con la ayuda de una madre de alquiler.

El artista desea que su libro ayude a los jóvenes que sufren por su sexualidad
En 2008 dio un giro a su vida: decidió ser padre gracias a una madre de alquiler

Ha grabado ocho álbumes, ha vendido millones de discos y ha ganado cuatro premios Grammy. Y, aun así, a sus 38 años es un desconocido en lo personal. En sus memorias se muestra como una persona tímida y modesta. Reconoce, con humildad, que llegó a la cima del pop por estar en el lugar y momento adecuados. Narra su infancia en Puerto Rico; sus comienzos con el grupo Menudo; su paso por la teleserie Hospital General en EE UU; su éxito en Broadway con Los miserables, y sus ventas millonarias gracias a temas como María, La copa de la vida o Livin'la vida loca.

De su vida sentimental, solo reconoce haber tenido tres amores: dos mujeres y un hombre. De ninguno de ellos da nombres. De la primera dice que era "la presentadora de un exitosísimo show de televisión" en México, "alta, rubia e infinitamente elegante". Se trata, probablemente, de Rebeca de Alba, con quien se ha visto al cantante con frecuencia. Luego, admite haber tenido una relación tormentosa con una mujer del teatro, "intensa, pasional y prohibida". Estaba separada en el momento en que vivieron su historia de amor pero ella acabó volviendo con su marido.

Y finalmente, cuenta su primer gran amor gay: un presentador de radio de Los Ángeles. "Él por las noches se iba a trabajar a la radio y yo me quedaba en la cama escuchando su voz mientras me lanzaba mensajes románticos a lo largo del programa", escribe. En aquel momento, Martin quiso dejarlo todo por amor, escaparse con su novio. Pero él no se lo permitió. La relación acabó. Al cantante todavía le quedaba pasar por el calvario de convertirse en ídolo.

Hay una época en la vida de Ricky Martin en la que describe de manera agotadora sus grabaciones, conciertos y giras. Como consecuencia de tanto vivir deprisa llegó su descenso a los infiernos. Tuvo muchos éxitos pero fue menos feliz. Creó para el exterior la imagen de un Ricky cantante y sonriente que ocultaba su sexualidad. En realidad se sentía una persona "totalmente vacía".

Tuvo un momento de estancamiento en su carrera y descendieron las ventas de sus discos. Fue entonces cuando se preocupó menos de la prensa y de lo que la gente pensaba de él y decidió tomar las riendas de su vida.

Después de una temporada de viajes físicos a Asia y espirituales al interior de sí mismo, Ricky Martin decidió, en 2008, ser padre. Tuvo dos hijos y, el pasado mes de marzo, proclamar su homosexualidad; lo hizo a través de su página web y de su twitter. El 9 de octubre apareció por sorpresa en la gala anual de la organización gay Human Rights Campaign en Washington. Se proclamó "orgulloso" de ser homosexual. En aquella gala, muchos de los asistentes se preguntaron si aquello era una estratagema comercial, si era una forma de volver a las portadas de las revistas y a las listas de ventas.

Lo cierto es que, a tenor de sus memorias, Ricky Martin no lo hizo por eso, sino para que sus hijos puedan estar orgullosos de él algún día.

El mundo de la canción latina es un lugar en el que, según el cantante, se esperaba de él algo muy preciso: "Tenía que seducir -y dejarme seducir- por mujeres". Y añade: "Llegué a pasar por unos momentos bien oscuros de dolor, coraje y autorrechazo". Desde esa represión, no pudo ayudar, como dice que le hubiera gustado hacer, a jóvenes acosados por su sexualidad, adolescentes que son asesinados o se suicidan por el hecho de ser gays.

Ricky Martin se presenta en su libro como una persona que lo pasó mal por ser diferente, que sufrió al pensar que iba a ser rechazado si confesaba su homosexualidad. En ese aspecto, sus memorias son refrescantemente sinceras, insólitas para un cantante latino de éxito. "Si con ellas puedo evitar un solo suicidio de jóvenes atormentados les habré dado a mis hijos una razón para que estén orgullosos de mí".

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