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Unos 2.500 alumnos inician sin problemas las pruebas de Selectividad en la Pablo de Olavide

La relajación del control policial en los accesos al campus evitó que se produjesen atascos

Más de 30.000 estudiantes comenzaron ayer las pruebas de Selectividad. Tres días en los que estos jóvenes se juegan conseguir la nota media suficiente que les permita acceder sin problemas a los estudios que hayan escogido. El primer día de exámenes transcurrió sin incidentes en todas las provincias.

Ocho de la mañana. Desvío de la SE-30 hacia la Universidad Pablo de Olavide. El tráfico es intenso, pero no lo suficiente como para que se formen colas en la vía de acceso al campus. Los controles policiales que desde el pasado lunes ocupan la entrada del recinto universitario se han relajado y ayer se limitaban a vigilar desde la distancia el flujo de vehículos que accedía al campus. El simple hecho de no controlar uno por uno los coches que llegaban evitó que se formasen atascos como los que se dieron el pasado jueves.

Que no se produjesen problemas en la circulación fue algo que agradecieron los cerca de 2.500 estudiantes que ayer comenzaron a realizar las pruebas de Selectividad. Jóvenes que, no obstante, se mostraron bastante molestos por haber tenido que meterse el madrugón en el cuerpo para llegar con el suficiente margen de tiempo a la Universidad y afrontar cualquier tipo de inconveniente que, al final, no se produjo. 'Esto ha sido muy fuerte, porque después de estar todo el fin de semana supertensa repasando los apuntes nos hemos tenido que levantar a las 6.30 porque a las 7.30 habíamos quedado en el instituto para venir todos en autobús', explicaba tras el primer exámen Inmaculada Petit que, si la media se lo permite, estudiará Bellas Artes.

'No ha habido problemas de tráfico, pero sí que hemos llegado más nerviosos, creo yo', puntualizaba Marta Sánchez, compañera de Inmaculada en el instituto Lucus Solis de Sanlúcar la Mayor. 'Y para colmo, en el exámen de Comentario de Texto va y nos ponen a elegir entre una pregunta de Franco y otra de la desamortización eclesiástica', se quejaban al unísono, criticando que el franquismo sea un tema al que apenas se le presta atención durante el curso y que los mismos profesores desechan como posible pregunta del exámen de Selectividad.

Más tranquilo se mostraba Rafael Hinojosa, alumno del Colegio Alemán. 'A mí no me ha afectado en nada lo del encierro de los inmigrantes ni que la policía esté controlando la entrada. Sabía que podía haber problemas con lo de los inmigrantes, con lo de la cumbre y con todo lo que está pasando en Sevilla y por eso me he venido antes', comentaba satisfecho porque tampoco le había sorprendio mucho que una de las preguntas del exámen de Comentario de Texto fuera tan muermo como 'Fundamentos ideológicos y sociales del régimen franquista'.

'No me ha desorientado', afirmaba rotundo, 'y eso que ayer [por el domingo] me tragué enterito el partido de España contra Irlanda. El problema lo voy a tener cuando me toque hacer el de Lengua española y sobre todo el de Literatura', explicaba divertido Rafael Hinojosa.

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Tras pasar el mal trago de guardar cola, esperar a que te nombren, ocupar la banca y evitar cometer el error de pegar las pegatinas identificativas en la hoja del exámen sin que nadie lo haya dicho, los nervios iniciales se aplacan. Y eso se notaba en las caras de los estudiantes que, en corrillos, comentaban entre risas nerviosas su primera toma de contacto con la Selectividad.

'Ahora viene el exámen de Lenguas extranjeras', explicaba Luisa Pérez mientras repasaba unas hojas multicolores en las que figuraban los verbos en inglés. 'Espero que sea más fácil que el de Comentario, porque vaya preguntas que han caido', decía preocupada mientras trataba de ordenar sus apuntes.

Todos los estudiantes que ayer pasaron por el mal trago de la primera prueba de Selectividad procedían del sistema LOGSE. Unos 2.500 alumnos de segundo de bachillerato procedentes de 53 institutos de la provincia. 'Lo de Franco y la pregunta de Mendizábal ha sido mala leche, porque mira que había cosas que preguntar mejores que estas', se quejaba no con mucha aflicción José Manuel García, que al poco reconocía que apenas si se había preparado el temario. 'Hice una selección de temas según lo que había tocado otros años y lo que pensaba que podía caer'.

La primera mañana de exámenes tocó a su fin pasadas las 12.30. Los nervios eran menos que al comienzo de la jornada, pero bastaba con mirar el programa de los dos días que aún quedaban por delante para volver a tensar el gesto. 'Mañana pasamos de venirmos tan temprano, ¿vale?' le gritaba una amiga a otra a la salida del aparcamiento de la Universidad Pablo de Olavide. Hoy, más.

A las 6.30 ya había estudiantes

El temor a que un simple atasco de tráfico echara por la borda todo un año de preparación, más el atracón final de los últimos días, pudo con más de uno de los 2.500 estudiantes a los que les tocó realizar las pruebas de Selectividad en la Pablo de Olavide. Hubo madrugones, sí, pero también hubo gente que casi ni se acostó y que dos horas y media antes de que comenzasen los exámenes ya paseaba sus nervios y su sueño por las avenidas del campus. 'A las 6.30 ya había estudiantes deambulando por el campus', comentaba ayer Manuel Porras, vicerrector de Estudiantes de la Pablo de Olavide. Porras explicó que la relajación de los controles policiales situados en los accesos del campus propició que la primera jornada de Selectividad se desarrollase sin apenas incidentes. 'No hemos tenido problemas con el tráfico y tampoco hemos tenido que retrasar la hora de comienzo de las pruebas, que han comenzado a las 9.00 en las cinco sedes del campus que hemos utilizado'. El vicerrector de Estudiantes se felicitó de que los reiterados llamamientos realizados desde la institución solicitando a los estudiantes que adelantasen su llegada al campus habían dado el resultado esperado, porque, según explicó, los alumnos fueron llegando de forma escalonada y con tiempo suficiente para haber sorteado cualquier problema que les hubiese significado un retraso. 'Hasta el presidente de la comisión interuniversitaria, Antonio Ramírez de Verger, nos ha felicitado por la organización', explicaba Porras. Fue tal la normalidad que, como resaltó el vicerrector, no hubo apenas alumnos no presentados. 'De los 2.500 estudiantes que esperábamos sólo nos ha faltado uno, pero ha venido el padre a primera hora con un certificado médico que le exime porque padece una gastroenteritis'.

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