Paco Cuadrado
En el año 90, en el catálogo de su exposición en El Monte, Paco Cuadrado le dedicó un homenaje a Manolo Armijo. En el 94, en Ventana Abierta, el homenaje fue para Paco Molina; mañana, también en Ventana Abierta, será para Rolando, y yo, desde aquí, le quiero hacer mi pequeño homenaje al propio Paco por la lealtad y calidad de su amistad, por su capacidad de trabajo y entusiasmo, por su tesón y por la coherencia que conservó siempre entre sus ideales y su vida. Paco Cuadrado es mi amigo desde hace más de 20 años, desde los principios de aquella Asociación Sindical de Artistas Plásticos que aglutinó a muchos profesionales sevillanos a los que él supo transmitir su ilusión y su energía a base de no escatimar ningún esfuerzo, ni aun el de la interpretación dramática festiva. Guardamos muy buenos recuerdos de aquellos tiempos y todos aprendimos mucho, sobre todo Paco, no porque supiera menos sino porque no se cansa de aprender. Comenzaba entonces Cuadrado una etapa de dibujo a lápiz, desgranando los patios sevillanos maceta a maceta; continuó con grabado al aguafuerte y, a continuación, se asomó a la luz del Aljarafe que le deslumbró con los colores de la naturaleza y le pidió volver al óleo. Esta vez ha descubierto el pastel y lo ha trabajado hasta dominarlo con creatividad y soltura. Siempre fue así: cada etapa significaba un reto y un logro. Sus periodos de siembra y de cosecha se entrecruzan. Mientras investiga una nueva suerte del arte, y al acercarse a esa maestría envidiable que consigue, se le antoja otro procedimiento porque el modelo, o el estado de ánimo, o vete a saber qué, lo sugirió. Así, entremetiendo el nuevo hacer entre el acierto conseguido, como a hurtadillas, vuelve otra vez a empezar. A veces se trata de volver la vista -que no los pasos- atrás para continuar lo conocido donde lo dejó. Y no se impone restricciones de moda u opinión: trabaja hasta que se lo cree, y una vez creído lo disfruta y lo enseña todo sin reparos porque todo forma parte del mismo proceso de trabajo. Tiene razón, siempre transparente, Paco. Le deseo la mejor de las suertes: la que tendrá.BEGOÑA MEDINA