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Signos

Pedro Carbonero publica 'Estudios de sociolingüística andaluza'

Pedro Carbonero, catedrático de Lengua de la Universidad de Sevilla, acaba de publicar Estudios de sociolingüística andaluza (Universidad de Sevilla). En realidad, es una recopilación de 12 artículos suyos, publicados en lugares las más de las veces inaccesibles y que ahora se ponen al alcance del especialista, pero también del aficionado. En general, de ese defensor de la dignidad del habla andaluza que no siempre dispone de un arsenal de argumentos válidos, como los que aquí ofrece Carbonero, para enfrentarse a los prejuicios apriorísticos con los que se suele despachar a este modo de hablar el español.

Leídas en continuidad las aportaciones de esta recopilación, se observa cómo constituyen un discurso único, que desde 1985 viene afianzando bases para la determinación de una norma del andaluz, y dentro de ésta de una variante o registro culto. Para ello Carbonero articula los conocimientos científicos que ya se tienen, separando los criterios extralingüísticos de una supuesta primacía cultural o política de la norma norteña que han volcado sobre el habla andaluza hasta cuatro mitos, falsos de toda falsedad: el de la ininteligibilidad (los andaluces se entienden y se hacen entender perfectamente); el de la ortografía (nadie con sentido común propone una ortografía andaluza); el del gracejo connatural (como si los andaluces estuvieran obligados a hacer reír cada vez que usan la lengua de manera espontánea); y el de la vulgaridad (que trata de asociar habla andaluza con desvío dialectal).

Modalidad diferenciada

Aquí no hay ninguna bifurcación por carreteras secundarias, sino reestructuración del español en una modalidad diferenciada, como son las del canario o la del español de América, ésta con sus diversas subnormas.

Pero es, sobre todo, subrayando las características internas propias del andaluz, que simplemente hacen cumplir algunas leyes del sistema de la lengua de una manera distinta, como se asientan sólidamente los criterios que han de llevarnos a la consideración de esa variante culta, esto es, del registro de nivelación por arriba, que usan las personas instruidas de Andalucía, sin necesidad de imitar el castellano estándar del centro peninsular.

En los artículos finales se abordan los más espinosos problemas desde el punto de vista sociolingüístico. Por ejemplo: la relación del habla con la identidad cultural, con las actitudes equívocas de los hablantes, o con las llamativas deslealtades en los medios de comunicación. Y apuntando que la única solución a tanto problema pasaría por admitir que existe ese registro culto del andaluz, dentro de una norma propia general.

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