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Reportaje:

El negocio del cementerio

Los camposantos de Almería pasan de la miseria a un comercio rentable

Hubo un día, no muy lejano, en el que en uno de los cinco cementerios de Almería capital, situado en Cuevas de los Medina, solo faltaba un cartel que rezara "Prohibido morirse". Además de falta de espacio, en el recinto mortuorio no había vigilancia y durante días se convirtió en el botellódromo de muchos jóvenes.

Desde hace pocos meses, la situación ha cambiado drásticamente. La empresa ASV, a la que se adjudicó la gestión de los cementerios en marzo de 2010 durante 30 años, se ha puesto manos a la obra y comienza a hacer negocio con los cinco camposantos. Y para ello cuenta con ayuda municipal.

Las tasas, en algunos casos, se han incrementado hasta en un 7,3%. Además, se han incluido tres conceptos nuevos por cada servicio de inhumación que incrementan el precio del enterramiento en 270 euros. Uno de ellos es la conducción del cadáver en el cementerio, de lo que sólo podrá ocuparse la concesionaria -lo hace en coche eléctrico- y por lo que cobra 100 euros. Otra novedad es la tasa por mantenimiento del cementerio: cada propietario de un nicho deberá pagar 10 euros al año.

La empresa tiene que rentabilizar sus inversiones. En año y medio han lavado la cara a todos los cementerios, se han construido 400 nichos en la capital, 40 en La Cañada, 21 en Cuevas de los Medina y 20 en Cabo de Gata, además de arreglar los muros y las fachadas de todos ellos.

Las principales novedades se han exhibido con motivo del día de Todos los Santos: cientos de papeleras con cenicero, decenas de escaleras de aluminio para subirse a los nichos, personal subido a patines eléctricos para orientar a los usuarios, edición de mapas de bolsillo y planos, además de mini coches eléctricos para las personas con movilidad reducida. Y nuevas tecnologías para nuevos tiempos: los usuarios pueden estar informados a través de su correo electrónico sobre los derechos funerarios de sus nichos.

Pero, sobre todo, el gran proyecto de la nueva empresa es la construcción de un crematorio, servicio con el que no cuenta la capital. El proyecto de viabilidad ha sido aprobado por las delegaciones provinciales de Medio Ambiente y de Salud de la Junta de Andalucía y no recibió alegaciones durante el período de exposición pública. Sin embargo, el primer movimiento de pala para construir el nuevo equipamiento ha espoleado las críticas vecinales. Unas 500 personas, algunas de las cuales portaban mascarillas, se concentraron ayer frente al cementerio para exigir la paralización de las obras y evitar, así, la apertura del crematorio, prevista para la primavera de 2013. Uno de los portavoces vecinales, Francisco Molina, argumenta que la Plataforma Contra el Crematorio de la Capital de Almería no cuestiona la necesidad de esta infraestructura, pero sí que se haga "cerca de un núcleo habitado".

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Según el concejal de Salud, Carlos Sánchez, del PP, la distancia que separa el crematorio de la vivienda más próxima "es de 339 metros, mientras que en otros municipios la distancia se acorta a 52 metros". El edil, que mantendrá una reunión el próximo jueves con los vecinos afectados, advierte de que las obras cuentan con todos los permisos en regla "y no se van a parar".

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