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La policía halló restos biológicos de Marta y los acusados en cuatro sitios

El dormitorio de Carcaño y el coche de la madre de El Cuco contenían pruebas

Javier Martín-Arroyo

La policía halló restos de sangre en cuatro sitios diferentes de la habitación donde supuestamente murió Marta del Castillo y en el coche donde tras fallecer fue presuntamente trasladada hasta el río Guadalquivir. Ayer siete agentes detallaron en el juicio al menor Javier G. El Cuco esos restos hallados bajo una silla, sobre el escritorio y en la cama del dormitorio del principal acusado, Miguel Carcaño, donde supuestamente falleció Marta. Además, los policías identificaron restos de sangre gracias a los reactivos (luminol y bencidina) esparcidos en una puerta trasera del coche de la madre de El Cuco, que usaron los implicados en el crimen para trasladar el cadáver de Marta.

"En esa habitación hubo un episodio violento, así lo demuestra la sangre", afirmó la abogada de la acusación, Inmaculada Torres, tras la quinta sesión del juicio al menor, acusado junto a Carcaño de violación y asesinato. Los agentes de la policía científica relataron al juez el resultado de aplicar los reactivos para que aflore la sangre, a pesar de que esta había sido limpiada por los acusados. "El trabajo de la policía mostrado hoy corrobora la versión de Miguel, aunque eran los agentes que tomaron las muestras, no los que las identificaron por perfiles de ADN", aclaró el fiscal del caso. Además, los agentes describieron cómo hallaron huellas dactilares en una botella de ron, una silla de ruedas y el tensiómetro que supuestamente utilizaron Carcaño y El Cuco para certificar la muerte de Marta. En la silla de ruedas se hallaron asimismo células epiteliales de Marta y Carcaño.

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Los restos de sangre avalan el relato de la violación y asesinato de la menor sevillana. "El ministerio público está convencido de contar con pruebas firmes", declaró la fiscal de menores, que matizó que los restos que reaccionan a los reactivos utilizados suelen ser de sangre, aunque no existe una completa seguridad. Los únicos restos indudables de sangre de la menor aparecieron en la parte interior de la chaqueta de Carcaño, ya que allí escondió el cenicero con el que supuestamente golpeó a la víctima.

Cinco de los policías declararon ayer en la sala donde se enjuicia a El Cuco, y los otros dos, por videoconferencia. A ellos se unió el primer agente de la unidad de Delitos Violentos que tomó declaración al menor, quien aseguró que lo hizo de manera espontánea y no bajo presiones de que su madre sería detenida. El Cuco había mantenido que en sus primeras versiones se autoinculpó por "presiones policiales" y con el objetivo de proteger a su madre. "No hubo presiones de ningún tipo al acusado, este habló libremente, y nunca se le amenazó con detener a su madre", explicaron fuentes del caso.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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