Las rebajas arrancan hoy sin la principal empresa del textil

El adelanto de las rebajas de invierno al 2 de enero decretado por la Junta de Andalucía para apoyar al pequeño comercio frente a la crisis ha dejado frías a las grandes cadenas nacionales, especialmente del sector textil, que ya llevan semanas aplicando promociones y ofertas al margen del periodo oficial de rebajas. Así, Inditex, el principal consorcio de tiendas de ropa, con marcas como Zara o Bershka, o El Corte Inglés mantendrán la fecha tradicional de rebajas del 7 de enero, después de la festividad de los Reyes Magos, y las iniciarán al mismo tiempo en toda España.

Sin embargo, otras marcas, como Mango, o las del Grupo Cortefiel (Springfield, Women Secret), sí tienen previsto sumarse al periodo excepcional de rebajas. El adelanto de los descuentos, concebido para espolear el consumo, beneficiará a unos 120.000 pequeños y medianos comercios andaluces, según cálculos de la Confederación Empresarial del Comercio de Andalucía (CECA).

Los comercios esperan facturar 330 millones, igual que en 2007

Cada andaluz se gastará 105 euros en las rebajas hasta el 2 de marzo

La patronal espera que la combinación del adelanto de las rebajas con los descuentos previos -en algunos casos del 50%- permita al comercio andaluz repetir las cifras de ventas de la campaña pasada. En los dos meses de rebajas de invierno de 2007 se alcanzó una facturación de 330 millones de euros. Entonces, la CECA ya advertía de un "estancamiento generalizado de las compras" debido, según la patronal, al "alto endeudamiento de las familias".

La Consejería de Comercio, Turismo y Deportes decidió adelantar las rebajas de invierno de este año de forma excepcional tras solicitárselo oficialmente la CECA a mediados del pasado diciembre. Además de Andalucía, Extremadura, Murcia y la Comunidad de Madrid han adoptado la misma medida extraordinaria para animar a los consumidores a acudir a los comercios.

Sin embargo, algunos pequeños comerciantes se han quejado de que la medida, lejos de suponer un beneficio, ha hecho que los consumidores "hayan atrasado las compras de Reyes hasta el día 2" para beneficiarse de los descuentos, dejando las tiendas en la primera parte de la Navidad más vacías que en años anteriores.

Este año, la CECA prevé que cada andaluz gaste de media 105 euros en las rebajas, que terminarán el 2 de marzo. Los productos más vendidos en estas fechas suelen ser las prendas de vestir y los complementos de moda, como bolsos y bisutería. Aproximadamente un tercio de los ingresos del pequeño comercio regional procede de las rebajas. La Asociación Empresarial de Comercio Textil y Complementos (Acotex) prevé facturar estas rebajas unos 3.634 millones de euros, un 15% menos que en la campaña de 2007.

Las rebajas, reguladas por ley desde 1996, son una de las épocas sagradas para los inspectores de la Dirección General de Consumo, dependiente de la Consejería de Gobernación. Al igual que otros años, está previsto que medio centenar de inspectores visiten al menos 650 establecimientos en toda Andalucía para comprobar que se cumple la normativa de rebajas que, esencialmente, consiste en que los productos adquiridos en este periodo especial de ventas gocen de las mismas garantías para el consumidor que el resto del año.

Durante las rebajas, los productos deben mostrar en su etiqueta el precio nuevo y el porcentaje de descuento aplicado. Además, para poder declararse en rebajas, la tienda debe ofrecer descuentos al menos en el 50% de los productos expuestos. Los comercios no deben ofrecer productos comprados expresamente para las rebajas, por lo que los inspectores comprueban que llevan al menos un mes en poder de la tienda. Si durante el resto del año el comercio acepta devoluciones de productos y el pago con tarjeta de crédito, en rebajas está obligado a ofrecer los mismos servicios.

La campaña conjunta de la CECA y la Junta de Andalucía con el lema Comprar no es gastar, es compartir se complementará a partir de hoy con otra, titulada Disfruta de tu ciudad, disfruta desde hoy de tus rebajas. La campaña ha suscitado críticas de varias asociaciones de consumidores, que entienden que es una forma de llamar a un consumo irresponsable.