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Los testigos del 'caso Marta' dejan una hora sin coartada a Samuel Benítez

Javier Martín-Arroyo

El día del crimen de Marta de Castillo nadie acompañó al acusado Samuel Benítez durante una hora, entre las 21.15 y las 22.30, según relataron ayer cuatro testigos en el juicio. Las dos únicas personas que aseguran haber estado con él esa noche durante esa hora son Miguel Carcaño, principal imputado por la desaparición de la joven sevillana, y Javier G. El Cuco, que le acusó hace dos años para posteriormente cambiar su versión.

Sin embargo, a pesar de que los hechos probados de la sentencia que condenó a El Cuco implican a Benítez, la policía reconoció la semana pasada que no existen pruebas científicas que le sitúen en la escena del crimen, al margen de los testimonios.

Los testigos, un chico y tres chicas, concluyeron ayer que Benítez llegó a una reunión de amigos en una hamburguesería de Montequinto a las 22.30, aunque su exnovia asegura que lo hizo algo más de una hora antes.

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La exnovia de Benítez declaró que después de estar solos en un parque un par de horas, le dejó a las 21.15 en la hamburguesería con el resto de amigos, aunque estos afirmaron que el acusado llegó solo. La muerte de Marta ocurrió supuestamente en torno a las 21.00 de esa noche, según el relato que da por cierto la fiscalía y la acusación particular.

Tras la cena, los amigos se dirigieron a un pub de la zona. En ese local Benítez mostró un comportamiento inusual y alterado: "Esa noche no paraba con el móvil. Continuamente estuvo pendiente y saliendo para coger llamadas. Salía mucho para atender, pero no le vi marcar (...) Me llamó la atención que le llamaron cuatro o cinco veces al móvil", destacó ayer una de las testigos.

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Amigos de Delgado

Mientras, ayer también declararon tres amigos y socios del hermano de Carcaño, Javier Delgado, acusado de encubrimiento. El fiscal subrayó en su interrogatorio que en el bar de copas donde trabajó Delgado la noche del crimen no se registró ninguna consumición entre las 1.30 y las 3.00 de la madrugada. A esa hora supuestamente acudió Delgado a la escena del crimen para participar en la limpieza del piso y posterior desaparición de Marta, según el fiscal. Uno de los testigos relató ayer que Delgado le contó por teléfono días después del crimen, cómo "algo gordo" se le venía encima, y que se enteraría más tarde.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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