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Entrevista:Jaume Sisa | MÚSICA | Entrevista

"Lo galáctico es una manera de ordenar la realidad"

No se sabe quién los ha creado, pero sí que se han juntado. El cantautor Jaume Sisa (Barcelona, 1948) ha visto cómo sus planteamientos estéticos le hacían coincidir con Joan Miquel Oliver (Sóller, 1974), compositor, letrista, escritor, ocasional cantante en solitario, líder del espléndido e imaginativo grupo mallorquín de pop Antònia Font y ahora productor del último trabajo del cantautor más galáctico del planeta Tierra. Del entendimiento de ambos ha surgido Ni cap ni peus (ni pies ni cabeza), un disco que se publica el lunes viniendo a ejercer de catálogo de las ideas que Sisa ha articulado en torno al concepto "galáctico".

Esta filosofía, que Sisa aplica para alumbrar su obra y para no extraviarse en el confuso mundo contemporáneo dentro del cual aspira a recobrar la inocencia infantil, sirve también para iluminar la creación artística de una serie de músicos catalanes que sin pertenecer al mismo campo estético y sin formar parte de la misma generación están vinculados por una serie de características comunes. Así, artistas como Pau Riba, Roger Mas, Quimi Portet y Antònia Font, entre otros, se alimentarían de similares principios estéticos que Sisa, dando forma a una escuela de artistas boletaires (alucinados, fantasiosos) que forman la punta de lanza de la música catalana actual. Y todos manifiestan lúcida excentricidad.

"El disco no es un resumen de juventud sino un resumen de adulto, de lo que he venido haciendo muchos años"

Jaume Sisa está muy contento con su último sombrero, un bolso estampado comprado en Manhattan. "A partir de cierta edad hay que cuidar la imagen" dice coqueto antes de desplegar un papel en el que ha apuntado las características de la filosofía galáctica, que promete redactar algún día en un texto para la posteridad. De su parsimoniosa lectura, efectuada con tono académico, se desprende que "lo galáctico es una manera de interpretar y ordenar la realidad a partir de la aceptación de todas las realidades posibles o imaginadas", así como que para tener una visión galáctica es necesaria la presencia en dosis variables de los siguientes elementos: "A) ironía; es decir, cuando el humor y la inteligencia se unen pero no lo explican. B) sentimiento local, el más universal de los sentimientos. C) actitud naíf, o sea inocencia, experimentación y eclecticismo. D) discurso propio, inconfundible y reconocible. E) conciencia, lucidez aquilatada por la razón. F) mirada esférica: de derecha a izquierda, de adelante hacia atrás, de arriba abajo y de dentro hacia fuera. G) metafísica. Sin comentarios".

En el último disco de Sisa estas características son más palpables que nunca, porque, como dice Sisa, "no es un resumen de juventud sino un resumen de adulto de lo que he venido haciendo durante muchos años". Las razones de tal planteamiento pueden rastrearse tanto en las ganas que tiene Sisa de hacerse entender como en el natural paso del tiempo, ya que "simplemente puedo decir que cada vez me queda menos tiempo para explicarme y por lo tanto he de hacerlo con la máxima concreción y eficacia".

Debe ser por ello que en Ni cap ni peus, título que juega al despiste ocultando una articulada declaración de principios, hay canciones naífs (Marrec a la pastisseria); reivindicaciones de otros artistas galácticos (Al cantaire Pau Riba); muestras de escritura automática, técnica muy "galáctica" según Sisa (María Curella), y la reivindicación de Francesc Pujols, pensador catalán de mediados del XX reivindicado en forma de canciones por artistas como Quimi Portet, Roger Mas y ahora el propio Sisa en El savi de Martorell. Pujols, inspirador del mundo de Dalí, fue según Sisa "un liberal conservador de verdad, abierto, puesto al día y con vistas al futuro. Muy al contrario de esta derecha conservadora que tenemos en España, que es una pena y una catástrofe histórica". Pero lo que atrae de Pujols tanto a Quimi Portet como a Roger Mas como a Sisa es lo que este último destaca al afirmar: "Es un pensador que no está considerado como un pensador serio y se le echa en cara un exceso de ironía en sus formulaciones filosóficas. Por el contrario creo que precisamente es ésta la gran aportación que hace a la filosofía; le quita peso sin quitarle profundidad". Resumiendo el pensamiento de Pujols, Sisa dice de éste: "Afirmó que si los griegos descubrieron el canon de la belleza y los romanos el del derecho, los catalanes están llamados a descubrir la verdad, por lo que en recompensa acabarán yendo por el mundo con los gastos pagados, idea que alimentó el imaginario de Dalí, junto a Gaudí, otros dos galácticos".

El cultivo de la ironía, según Quimi Portet pariente lejano, inteligente y conciliador del sarcasmo; la importancia del sentimiento local, expresado con rotundidad en Cançons tel·luriques, último y excelente disco de Roger Mas y vehículo del que se ha servido el artista de Solsona para adaptar poemas de Jacint Verdaguer a los que ha cambiado algunos versos "para evitar el resabio católico de este místico que para mí es el gran escritor de las letras catalanas", asegura Mas; la presencia de toques naífs, Portet suele dedicar canciones a los macarrones y hace el payaso en sus vídeos domésticos, Antònia Font interpretan temas que parecen de cuna, Sisa hace cantar al hijo de Oliver en su último disco; la tendencia a construir textos integrados por imágenes verbales más que alimentados por una intención narrativa explícita y el amor por lo sorprendente, lo original y lo surreal serían algunas de las características que entrelazan a este grupo de artistas. Lo suyo es quitar hierro a la vida sin renunciar por ello a la profundidad de una música y de unos textos que se abren a múltiples lecturas.

Pero hay otra característica que vincula de manera espacial a Sisa con Antònia Font, cuyos músicos es más que probable que formen la banda del cantautor en las presentaciones de Ni cap ni peus. Es la nostalgia, presente incluso en un tema como Follarem com folls (follaremos como locos), cuya letra pediría ser cantada en un tono alegre y que Sisa interpreta casi con recogimiento. "Para ser cantautor hay que ser melancólico. Por eso creo que Oliver es un cantautor enmascarado dentro de Antònia Font, y sino escucha lo triste que es Alegría, una canción melancólica como pocas", asegura Sisa evocando uno de los éxitos de este grupo. Son los galácticos, y Ni cap ni peus sería un nuevo catecismo. Laico.

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