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Reportaje:Carreras & capital humano

Mejor ser becario que parado

Crece el número de aspirantes a prácticas en empresa y posgrados subvencionados

Cristina Delgado

¿Quién quiere trabajar a jornada completa, llevando las labores más desagradecidas de la empresa y sin cobrar? ¿Y dejarse los codos estudiando 12 horas al día en una universidad de Oklahoma? En estos momentos, muchos jóvenes. Con el paro por las nubes y una competencia feroz en el mercado laboral, quienes terminan la carrera están dispuestos a lo que haga falta para poder saltar al ruedo empresarial con una experiencia mínima o la mejor de las formaciones. Por eso, las becas, que perdieron brillo cuando se rozaba el pleno empleo, vuelven a cotizar al alza. Las solicitudes para prácticas se amontonan. Los procesos de selección de subvenciones a estancias en el extranjero para másteres o doctorados se han convertido en una lucha encarnizada de expedientes.

Las solicitudes para ser becario en una importante empresa se han triplicado

En los años de vacas gordas, cuando a muchos universitarios brillantes les ofrecían un contrato antes de haber pisado si quiera el último curso, en algunos sectores encontrar becarios motivados era una odisea. "En algunas comunidades, como en Madrid, hace dos años había prácticamente pleno empleo en algunos sectores. Se ofrecían muchas veces sumas enormes a los recién licenciados, por lo que encontrar a becarios para muchas compañías era una odisea", recuerda Susana Sosa, responsable de oficina de Adecco Professional. "En el caso de nuestra empresa, por ejemplo, había estudiantes que rechazaban la beca porque se trabajaba durante todo el día. Se permitían el lujo de elegir empresas con horarios intensivos", recuerda.

Para Sosa, el hecho de que se haya vuelto a valorar trabajar como becario es positivo. "El becario es una persona que aprende cómo funciona la empresa, que se integra y aporta mucho a la organización, pero que no tiene la misma responsabilidad que la plantilla. Ideal para empezar", justifica. ¿Siempre es tan idílica esta relación estudiante-empresa? "Es cierto que puede que haya empresas que hagan mal las cosas. Y debería controlarse más de cerca. Pero en nuestro caso es la mejor forma de entrar en la compañía", zanja.

Haya o no una convivencia agradable entre estudiantes y empresarios, el caso es que el número de aspirantes a becario ha aumentado considerablemente. El portal Universia, que tiene uno de los apartados dedicados a becas más conocidos, ha aumentado el tráfico en esta zona de su web un 40% en comparación con 2007. El pasado año publicó 13.556 becas, un 79% más que 12 meses antes.

La consultora PeopleMatters creó el año pasado una iniciativa llamada Recruiting Erasmus, una especie de bolsa de trabajo que pone en contacto a universitarios que estudian en el extranjero con "un grupo selecto de grandes empresas en España", conformado por

Abbott, Acciona, Banesto, BBVA,

CLH, FCC, Groupama Seguros,

Heineken España, Inditex, Janssen-Cilag,

Kellogg's, Red Eléctrica de España, Siemens,

Tecnalia y Vodafone. Las empresas pueden ofrecerles puestos de trabajo o becas a los estudiantes.

El 56% de los estudiantes que se ha apuntado a la iniciativa, muchos de último curso, asegura que estaría dispuesto a trabajar con una beca. Cuatro de las empresas que han facilitado los datos sobre sus selecciones confirman que ha crecido la aceptación de este tipo de acuerdos. Una de ellas, que prefiere que no se revele su nombre, explica que han pasado de recibir 2.494 solicitudes para ser becario en 2007 a tener 6.770 candidatos el pasado enero. Aseguran además, coincidiendo con otras compañías, que los candidatos están más preparados y que cada vez hay más que llegan desde másteres y posgrados, en lugar de desde las universidades.

No sólo en las empresas se ha notado el varapalo de la crisis. Las fundaciones que ofrecen algunas de las becas para posgrado más prestigiosas de España también han visto crecer considerablemente el número de candidatos para sus convocatorias.

Con las becas de la Comisión Fulbright, por ejemplo, promovidas por el Gobierno de Estados Unidos (y en España apoyadas por el Estado, algunas comunidades autónomas y varias empresas), han estudiado en todo el mundo una treintena de premios Nobel y varios destacados políticos. Este año han notado que ha crecido el interés entre los españoles por obtener una. Y es que, además de muchísimo prestigio, tienen una dotación económica de las más completas. "Antes, entre un año y otro, variaba el número de solicitudes en cinco más o menos. Este año tenemos cien aspirantes más que el anterior", explica María Jesús Pablos, directora de la comisión. "Lo peor es que el número de becas ha crecido poco. Sólo lo que nos permite la ventaja del cambio euro-dólar", lamenta.

No son los únicos a los que les duele dejar fuera a candidatos brillantes. "El nivel es altísimo. Nos llegan estudiantes con media en la carrera de casi matrícula de honor", comenta Rafael Spottorno, director de la Fundación Caja Madrid, que ofrece 80 becas para posgrado, también muy generosas. "En 2006 teníamos 500 solicitudes. Ahora acabamos de cerrar la inscripción y hay 1.100", resume. "Lo peor", añade, "es que ofrecemos alguna beca menos. Esperemos que el año que viene no haya que recortar. Será cuestión de presupuestos".

En la Fundación La Caixa aún se puede solicitar una de las 217 becas que ofrecen para posgrado. Este año han añadido algunos destinos europeos nuevos. Si en 2009 ya recibieron el 16% más de solicitudes, este año previsiblemente tendrán una buena montaña más de aspirantes con mucho talento. En la entidad se preparan para enfrentarse a la fase más compleja del proceso, y más en plena recesión económica. ¿Quién se queda sin beca?

Dos becarios trabajando con una diseñadora de moda.
Dos becarios trabajando con una diseñadora de moda.TXETXU BERRUEZO

Ni esclavos ni empleados

La figura del becario está rodeada de tópicos (a veces exagerados y a veces acertados) que incluyen tazas de café para el jefe y fotocopias para toda la empresa. Pero no están para eso. Son, según reivindican los sindicatos, estudiantes que van a la empresa para aprender. Para empezar, esta figura tiene límites legales: una empresa sólo podrá becar a alguien matriculado en un centro educativo. No todas lo cumplen. En páginas web de búsqueda de empleo hay compañías que ofrecen trabajo de becario para licenciados y les exigen hasta un año de experiencia.

"Los abusos siguen existiendo, y aumentan con la crisis. Debería haber más inspecciones laborales y las universidades tienen que vigilar los convenios", recuerda Silvia Sazatornil, responsable de juventud en UGT. En España hay cerca de 200.000 becarios cubriendo puestos estructurales, según CC OO, es decir, empleados casi sin sueldo y que no cotizan.

En las becas para estudiar en el extranjero no suelen darse abusos de este tipo. Sin embargo, antes de firmarlas sí deben tenerse algunas precauciones. Por ejemplo, asegurarse de qué cubre exactamente la dotación económica (hay másteres de dos años y becas que sólo cubren uno), si incluye seguro y qué ocurre si a mitad de beca el alumno se ve obligado a renunciar (ya que a veces habrá que devolver el dinero). -

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Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.
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