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Expediente por una broma terrorífica

Un conductor del metro se hace pasar por terrorista a través de la megafonía

Camilo S. Baquero

Los micrófonos no solo le juegan malas pasadas a los políticos. Ayer el turno fue para un conductor del metro de Barcelona que intentaba jugarle una broma a un compañero en horas de trabajo. La chanza iba de hacerse pasar por terrorista árabe y alertar de una bomba en el convoy. Un vez descubierto el chascarrillo ambos colegas echaron a reír. Lo que ignoraban era que en el convoy los pasajeros escuchaban su macabra conversación a través de la megafonía. Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) abrió un expediente informativo para aclarar los hechos.

Dos de los viajeros que iban en el convoy eran Cristina Garde, de 25 años, y su hermano Eduardo, de 18. Ambos tomaron el metro en la estación de Torras i Bages y a eso de las 8.20 horas se encontraban entre las estaciones de Sagrera y Navas. Una vez allí, recordó Garde, se oyó por la megafonía a alguien que hablaba en algo parecido al árabe. El conductor preguntó quién era y de nuevo se oyó la voz misteriosa. Jennifer Pérez, otra de las pasajeras, explicó que el supuesto terrorista mencionó las palabras "atentado" y "bomba".

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"No hubo pánicos, ni chillidos, solo un silencio sepulcral en el que todos nos miramos. Mi hermano me preguntó que si nos bajábamos en la otra estación y le respondí que no sabía si llegaríamos", contó Garde.

Segundos después, según las testigos, el conductor rió. "Para ya de hacer bromitas, cabrón" increpó a su compañero. Volvieron las risas y el que se hacía pasar por terrorista le dijo que en la próxima estación cambiaría de cabina y que le esperara. Según Pérez muchos usuarios descendieron al llegar a Navas. Otros simplemente sonrieron.

Ignacio Pérez, portavoz de Comisiones Obreras, pidió disculpas a los pasajeros en nombre de la plantilla. "No es una cosa para bromear, ambos conductores se arrepienten mucho", dijo.

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Por su parte José Ángel Ciércoles, de CGT, explicó que dentro de la cabina del conductor hay dos botones que permiten establecer comunicación bien sea con la megafonía del convoy o con la cabina del último vagón. Ciércoles, que califica el hecho de "mal gusto", cree que se trató de una impericia de los conductores a la hora de accionar el sistema. El reglamento de los trabajadores establece que la mala utilización de los elementos del sistema es una falta grave.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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