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El Gobierno catalán pide a Zapatero "coraje" para las reformas

Alemany reclama a los empresarios que no se despreocupen de su entorno

La economía es un mar revuelto y se echan en falta capitanes que lleven la nave a buen puerto. Lo piensan los empresarios y lo piensan también algunos políticos. Dos miembros del Gobierno catalán cargaron anoche contra el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, con alusiones más o menos explícitas, por su escasa inclinación a acometer "reformas estructurales profundas", que ayer reclamó en ámbitos tan sensibles como el mercado laboral, el sistema de pensiones y la transformación de la Administración.

Fue el consejero de Innovación, Universidades y Empresa, Joseph Huguet, quien abrió fuego frente a más de 70 políticos, empresarios y periodistas, en las Jornadas de la Cátedra de Liderazgo y Gobernanza, organizadas por ESADE, en el monasterio de Sant Benet, en Sant Fruitós de Bages, de Caixa Manresa. "Liderazgo es abordar los mismos servicios con menos ingresos. Y liderazgo es intentar un pacto nacional para la reforma de la Administración", que es "la mayor empresa de este país", propuso el consejero, en un mensaje dirigido primero a los partidos que gobiernan la Generalitat y a los que ejercen la oposición, pero al que pronto sumó a sindicatos y empresarios.

Castells pide que no se gobierne a base de decir sólo "lo que la gente quiere oír"

El consejero de Economía, Antoni Castells, fue más allá en su intervención y pidió liderazgo político -sin mencionar esta vez a Zapatero- basado en "el coraje para hacer cambios", sin gobernar "diciendo lo que la gente quiere oír" en función de las encuestas demoscópicas, y fundamentado en un "proyecto que lleve a puerto", sobre un pilar de "credibilidad". La implicación empresarial es "imprescindible" en este contexto de crisis, concluyó. Y algunos de los empresarios que le escuchaban asentían. Sobre estas reformas insistieron, con énfasis distintos, en múltiples ocasiones pasadas desde el presidente del Círculo de Economía, Salvador Alemany, al presidente de la patronal Cecot, Antoni Abad.

Ayer, Alemany se ciñó a los planteamientos con que dio juego el anfitrión y presidente de Caixa Manresa, Manel Rosell: "En un momento de crisis tan complejo como éste, falta liderazgo y no sabemos qué liderazgo queremos".

La propuesta del también presidente de Abertis fue la de un empresario "implicado, no despreocupado" de lo que ocurre a su alrededor, fuerte en uno de los términos de moda en el management: la resiliencia, la firmeza para superar acontecimientos y recuperarse, y un concepto que reivindica cierta autoestima.

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La segunda condición del empresario, compartida en su exposición por el director de ESADE, Carlos Losada, es "la actitud de volver a empezar" frente a la del empresario que se limita a "resistir". "Necesitamos un liderazgo fundamentalmente emprendedor", resumió Losada.

"La crisis ha demostrado que el liderazgo es necesario", corroboró el ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol. La materia prima, hubo consenso, no parece ser el problema. Sobre las bondades económicas de Cataluña se explayaron desde Huguet hasta el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, quien dijo querer contar tanto con el liderazgo de los grandes empresarios "de siempre" como de los que tienen el reto de innovar en el mundo de la industria.

¿Consejeros amigos o independientes?

El sistema financiero, epicentro de la crisis, se expresó ayer entre los ponentes por boca del banquero Carlos March (Banca March, Corporación Financiera Alba), que encajó "las culpas" de la banca en esta debacle de forma limitada -"todas las culpas para ella me parece exagerado", dijo- y repartió estopa por todos los círculos de poder.

Se ensañó en particular, y causó especial regocijo entre los presentes, con los ejecutivos. Sin pelos en la lengua, alertó contra los directivos que a menudo llevan las riendas de las empresas "retroalimentándose" y que toman decisiones "al margen de los intereses de los pequeños accionistas" en compañías que de forma creciente carecen de socios de referencia, y que rinden cuenta ante consejos de administración "donde se sientan consejeros independientes que son el amigo del presidente". Y alertó de los "abusos de los ejecutivos, sobre todo de los que han recibido ayudas públicas".

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