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La informática socava la Diagonal

Fallos en el sistema de votación presencial y por Internet - La opción C resulta 'clandestina' en oficinas y trípticos oficiales

La tecnología le jugó ayer una mala pasada al primer día sobre la consulta de la Diagonal, que se puede votar hasta el domingo al mediodía. Los problemas en el acceso a la página de la votación y en la comprobación de los datos del padrón -condición indispensable para poder votar- se sucedieron durante la mañana tanto en los centros donde se podía votar de forma presencial como en las conexiones por ordenador personal. El propio alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, que votó en la sede del distrito de Les Corts, se dio cuenta de que había algún problema en el sistema de votación. Inmediatamente después de su voto, el sistema falló.

- Esperando al técnico. "Estamos esperando al técnico porque no va", explicaban sendos funcionarios de dos centros que tuvieron problemas: el centro cívico de Les Corts y el de Rector Triadó, en Hostafrancs. De forma intermitente, los fallos se produjeron en más de una docena de las oficinas de todos los distritos de la ciudad. Y las instalaciones para votar en la calle -como las de Portal de l'Àngel, Pedralbes, La Maquinista y la carpa de los Jardinets de Gràcia- estuvieron fuera de juego durante buena parte del día

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- Sistema saturado. Sin embargo, en un comunicado el Consistorio minimizaba las incidencias y afirmaba que el 92% los puntos de votación presencial funcionaban a media tarde. Votar desde un ordenador también requirió varios intentos, sobre todo cuando el sistema solicitaba la instalación de una aplicación. La responsable municipal del operativo, Pilar Conesa, argumentaba que a primera hora el sistema se saturó.

- La C no aparece. Lo que se somete a votación son tres opciones: la A, bulevar; la B, rambla, y la C, que no es ni la una ni la otra. Sin embargo, esta última parece casi clandestina, sobre todo en los centros de voto presencial. Los informadores que abordaban -literalmente- a los transeúntes por la calle facilitaban un folleto, editado por el Ayuntamiento, con cumplida información de la A y la B. ¿Y la C? "De esa no sé nada", reconocía uno de los informadores. La C sólo se aprecia si se lee todo el trípitico. "A mí no me engañan, que ya sé qué votar", exclamaba una mujer después de salir de votar en la Casa Golferichs. La misma clandestinidad de la opción C era patente en el interior de las oficinas. Dos pantallas de plasma reproducían sendos vídeos de la A y la B, y mostraban cómo sería la Diagonal en una u otra opción. La C no tenía pantalla ni nada.

- Críticas de la oposición. "Es como si cuando vas a votar en las elecciones te escondieran algunas papeletas", argumentaba Joaquim Forn, portavoz de CiU. Los nacionalistas están muy disgustados porque la C -precisamente la opción que ellos introdujeron y la que votó ayer el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida- está escondida para el elector y pidieron ayer al equipo de gobierno que "juegue limpio". La comisión de garantías -el equivalente a la junta electoral en la consulta de la Diagonal- emitió un informe en el que advertía de que la opción C se había eliminado de páginas web del Ayuntamiento.

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- Problemas más graves. Escondida o no, la opción C contó ayer con decenas de votos, a juzgar por lo que explicaban los electores después de votar en diferentes distritos. "Hay problemas más graves y necesidades que aprietan más", argumentaban Emili y Dolors a la salida de la sede del distrito de Sants-Montjuïc. También hubo C de cabreo por la situación general: "Con la crisis que hay no toca ahora una reforma tan cara", razonaba Margarita.

- El parque de Nou Barris. En ese distrito la mirada no bajaba hasta la Diagonal. Se quedaba en el parque de la calle de Garcilaso. Por eso algunos vecinos pasaban de largo y no votaban: "Lo que nosotros queremos es que nos pongan arena en el parque".

Un técnico intenta arreglar los errores del sistema de votación en la carpa de los Jardinets de Gràcia.
Un técnico intenta arreglar los errores del sistema de votación en la carpa de los Jardinets de Gràcia.TEJEDERAS

Informadores a la caza

Si los votantes no vienen a ti, ve tú a los votantes. Esta es la máxima que guía la labor de los 114 informadores que trabajan en los puntos de votación de la consulta sobre la Diagonal. Su misión es tratar, a toda costa, de que los ciudadanos voten, algo que oscila entre la predicación y la cacería.

La mayoría eran desempleados y gracias a esta ocupación temporal cobrarán seis euros la hora, afirma una de las chicas contratadas. El Consistorio les impartió un curso de tres horas para explicarles el proyecto de reforma. Para enfrentarse a la "realidad" -personas que preguntan cosas como cuál de las opciones costará más o cuál es mejor para los coches-, les queda la chuleta elaborada por el Ayuntamiento.

Sin embargo, son muchos los que dejan de lado su labor de información y pasan al activismo. En algunos puntos los informadores casi acosaban a los ciudadanos para que votaran. "Venga, que esto es de su interés", clamaba un informador a un hombre ya con canas en Sants. "Que no y que no", se zafó. Además de animar a los votantes, también deben llevar un control estricto de las personas que dicen que van a votar, de las que no y de las razones que arguyen para ello.

Uno de los informadores en Sant Martí niega que con sus respuestas influyan en el voto. "Si tienen dudas les ponemos el vídeo y ya está", dice. Una presentación que sólo habla de las opciones A y B. La C no existe.

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