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Reportaje:

Un tuit por un voto

Los políticos extienden su presencia a la red social, pero no influyen - Del prolífico Recoder al poético Nadal

En Twitter hay políticos para todos los gustos. Un consejero prolífico que anuncia los problemas de Cercanías desde su perfil, como Lluís Recoder, titular de Territorio y Sostenibilidad; un exconsejero, el presidente del grupo parlamentario del PSC, Joaquim Nadal, que destaca por su tono poético. También hay líderes que debutan -es el caso de Joan Herrera- y diputados que retransmiten cumbres anticrisis como el de Ciutadans Jordi Cañas, que fue amonestado por el propio Artur Mas. Todo está en Twitter mucho antes que en ningún otro medio. ¿Pero ¿qué consecuencias tiene la afición de los políticos catalanes por la red de los 140 caracteres?

"Twitter es irrenunciable para cualquier candidato. Sirve para que diga 'soy moderno' y 'estoy a la última", explica Joan Mayans, presidente del Observatorio para la Cibersociedad. Las elecciones autonómicas obligaron a los líderes catalanes a tomarse en serio la campaña 2.0. Con las municipales a la vuelta de la esquina, son muchos los alcaldes que se han sumado a la red de microblogging. "Se están poniendo las pilas", opina Miquel Castillejo, quien prepara su tesis doctoral sobre métodos de análisis de opinión pública en Internet. "Normalmente escriben ellos, aunque también es cierto que hay quien contrata servicios de agencias especializadas", dice Castillejo, que asegura que se notan las diferencias.

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Mayans valora el perfil del expresidente del Parlament. "Ernest Benach es seguramente el más reputado y prolífico tuitero. Destaca como un decidido impulsor de las nuevas tecnologías". Singular es el caso de Joan Laporta, con mucha presencia pese a su escasa participación. "Sus casi 12.000 seguidores representan más del 10% de sus votos", ilustra.

El medio y el mensaje

Carles Pont, profesor del Departamento de Comunicación de la Universidad Pompeu Fabra, cree que los políticos deben medir el uso de la red social. "Los políticos buscan saltarse el filtro que ejercen los periodistas y en Twitter han encontrado la fórmula. Pero habrá que analizar si es bueno o malo, y hasta qué punto les suma o resta credibilidad". Transparencia y cercanía, pero también peligro. Según el exdiputado laborista británico Martin Salter, los políticos "que usan Twitter pierden el tiempo y ponen en peligro su reputación". Castillejo discrepa: "Si no te atreves a hablar por lo que pueda afectar a tu reputación, no deberías estar en política".

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Xavier Roig, experto en comunicación política, subraya que los políticos no han entendido que el cambio de medio exige un cambio en el mensaje. "No se ha llegado a una situación en la que Twitter haya producido un cambio en el paradigma de la comunicación política", establece, y recalca que estar en la red no es sinónimo de ganar presencia: "No está claro que estos instrumentos hayan despertado mayor interés por la política entre los jóvenes". Los candidatos se esfuerzan tuit a tuit. Pero, pese a todo, la realidad se impone. Los políticos no son ni queridos ni seguidos. El 78% de los españoles no sigue a ningún político en las redes sociales.

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