Después del huracán

Cabeza visible de una generación que quiso romper con la deriva hacia el solipsismo autoral del legado de la nouvelle vague, Bertrand Tavernier ha reivindicado a lo largo de su carrera el poder del relato clásico, con la mirada puesta tanto en las formas canónicas como en las mutaciones serie B del cine norteamericano. Parecía escrito que, algún día, el cineasta iba a abordar su película estadounidense.

Tavernier afirma sentirse plenamente satisfecho con lo que ha ocurrido con En el centro de la tormenta, adaptación de una novela de James Lee Burke donde Tommy Lee Jones encarna el mismo personaje al que dio vida Alec Baldwin en Prisioneros del cielo, de Phil Joanou: Dave Robicheaux, veterano de Vietnam y exalcohólico reciclado en íntegro y fatigado policía de Luisiana. Las desavenencias de Tavernier con el productor y el montador han desembocado en la situación muy particular de que coexistan dos versiones de la película: la que aquí se estrena, aprobada por Tavernier, es la que se verá en todo el mundo excepto en Estados Unidos, donde el metraje, reordenado y reducido, aparecerá directamente en DVD sin pasar por las salas.

Ninguno de los dos montajes culmina en película excelente, pero el director enriquece el conjunto enrareciendo atmósferas, capturando con entregada precisión ambientes y tipos, testimoniando el paisaje después de la batalla de un territorio arrasado por el Katrina, pero, sobre todo, ahondando en el que, más allá de la formularia trama policial, es el verdadero tema de la película: la necesidad (ética) de limpiar el presente del rastro ignominioso dejado por los pecados del pasado. No es el mejor Tavernier, pero, por lo menos, su viaje (aunque accidentado) no ha sido en balde.