Homosexuales en Sudamérica

El atrevimiento, la transgresión y, como consecuencia de estas, la controversia, siempre tienen que enmarcarse en un tiempo y en un lugar determinados. Así, una película reivindicativa del amor homosexual como sentimiento normalizado podía constituir un alarde de valentía en la España de hace 40 años, pero no en la actualidad. Asunto distinto es que esa misma película se haga ahora, por ejemplo, en ciertos países de Sudamérica. Como Contracorriente, ópera prima del peruano Javier Fuentes-León, protagonizada por un colombiano y un boliviano, y ambientada en un pueblo de pescadores. De hecho, el propio director confesaba en una entrevista reciente haber estado preocupado por cómo se iban a tomar el rodaje de ciertas escenas ¡los miembros del equipo técnico!

Tales detalles quizá lleven a ver la película con ojos más condescendientes de lo habitual y a valorar lo que de transgresora pueda tener la producción, pero ello no es óbice para no resaltar que, detrás de una dignísima factura y unas interpretaciones solventes, hay un libreto demasiado mecánico al que le cuesta despegarse del hecho de ser producto del laboratorio de guiones del Festival Sundance, y al que también se le puede achacar cierta cobardía al dejar abiertas las consecuencias finales tras la tragedia sufrida.