Amaya Iglesias abre el festival de danza de Cannes
El VIII Festival Internacional de la Danza de Cannes estrena director artístico: el griego Yorkos Loukos, actualmente también director del Ballet de la Ópera de Lyón. Le ha tocado abrir cartel al Ballet de Nancy-Lorraine, ahora convertido en compañía nacional bajo la dirección de Pierre Lacotte, con la joven zaragozana Amaya Iglesias al frente en el difícil papel de Giselle, que en la noche del 25 tuvo efusivos bravos mezclados con prudentes reconocimientos a su talento.El evento estrella de la Costa Azul en el ámbito de la danza se extiende hasta el 1 de diciembre con el Gran Auditorio Lumiere como foro central. Un total de 11 compañías, dos sesiones de presentación de jóvenes coreógrafos y una función al alimón entre los alumnos aventajados de los conservatorios de París y Lyón, con los de la Escuela Superior de Danza de Cannes, completan la oferta dinámica de Yorkos Loukos que ha concebido su primer ejercicio como revulsivo, sin discriminar a clásicos o modernos, pero con la mano firme de quien sabe lo que quiere; su prestigio personal estriba precisamente en eso y quizá es la razón por la que se le encomendó la difícil tarea del programador absoluto.
Dos coloquios abren la especulación teórica y elevan el nivel intelectual: Reparto de la danza los días 26 y 27; y La danza dentro de las universidades europeas el 28 y el 29, completan un espectro prismático y abierto con materiales para todos los gustos. El primer coloquio estuvo presidido por Thierry Le Roy, director de la música y danza del Ministerio de Cultura galo, y el segundo será cerrado por Didier Deschamps, inspector principal para la danza del mismo organismo estatal. En ninguno de los dos hay presencia oficial española.
Entre las compañías que se podrán ver están hoy el Ballet del Gran Teatro de Ginebra con la creación Perpetuun del coreógrafo israelita Ohal Naharin, los norteamericanos Ralph Lemon (día 27) y Trisha Brown (día 28); la compañía inglesa Phoenix Dance el mismo día en el teatro Debussy, el francés Michel Kelemenis, el día 1 de diciembre y los holandeses del Nederlands Dans Theater en sus agrupaciones Dos y Tres, estos últimos con su esperado programa de estrenos de Marin, Mats Ek, Kylian y otra vez Naharin, los días 30 de noviembre y 1 de diciembre respectivamente.TalentoPor su parte, Amaya Iglesias, la última joya salida de la factoría zaragozana de María de Ávila, brilló por su talento en la apertura. Ella es una principiante que será en el futuro una buena Giselle, y con suerte, al madurar, una gran Gisellé. Tiene 17 años y lo que vale en ella no es solamente lo que hace sino lo que hará y que ya es evidente. Está verde e inexperta para el papel de los papeles protagónicos del repertorio balletístico universal, pero hoy esto se acepta: dar la alternativa a frutos sin madurar naturalmente con el tiempo y la lógica académica que hace apenas 15 años nadie era capaz de saltarse a la torera.
Pierre Lacotte tiene ojo selectivo y apuesta por ella con su justo olfato. Con el resto de la compañía lo tiene más duro: el promedio de edad casi adolescente, lo poco habituados al gran repertorio y al estilo le plantean múltiples dificultades y un reto; pero hoy por hoy, como se plantean las cosas en el mundo del ballet y sobre todo en Francia, una compañía que profundice en la arqueología viva del romanticismo era una necesidad cultural urgente. Para Lacotte, esta recuperación no es una moda sino una poderosa razón de ser.
