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'Elisa K', infancia y juventud de una mujer violada

Jordi Cadena y Judith Colell forman pareja artística en esta apuesta arriesgada que llega al Concurso de Zinemaldia

Si el filme tiene una bisagra de 14 años, cuatro meses y algunos días, ¿por qué no un director para cada parte? Elisa K supone el debut como pareja cohabitadora en la pantalla de los catalanes Jordi Cadena, veterano cineasta, y Judith Colell, que ya ha conocido todos los posibles agrupamientos tras las cámaras: como directora de un capítulo del filme colectivo El dominio de los sentidos, en solitario con 53 días de invierno o en dúo como esta Elisa K. La idea de la pareja vino tras pensar Cadena en adaptar el cuento Elisa Kiseljak de Lolita Bosch, que transcurre durante la infancia de su protagonista, que es violada un domingo, y el final de su adolescencia, cuando 14 años después recuerda aquel hecho, que había quedado sepultado por toneladas de silencio en su memoria.

En un festival marcado por películas como Poetry y Bicicleta, cuchara, manzana, que hablan del olvido, y en el caso de la coreana, sobre cómo la sociedad actual apuesta por ese olvido, Elisa K es otra visión de ese mal del mundo actual. "El hecho de no enfrentarse a los temas claves, que no los encare, es parte de nuestra sociedad", apunta Colell, que empezó como auxiliar en un rodaje de Cadena. "Hay más olvidos, como el asunto que ha surgido recientemente de la pederastia de curas, y con el Papa intentando taparlo", corta Cadena. "Nos interesa este olvido, y leímos en EL PAÍS un artículo sobre las personas violadas que se olvidan, antes de que conociéramos el cuento de Bosch", sigue Colell. "Hay varias asociaciones sobre el tema y sí, parece que los niños crean una barrera para seguir adelante. Después algo regurgita los hechos: puede provocarlo un olor, un sonido, una imagen, una mirada...". Cadena comenta que conocieron un caso igual -fueron abusos en lugar de violencia- cuando ya estaban en mitad del rodaje. "Es un mecanismo de supervivencia", dice Colell, " y de eso va también Elisa K, de cómo puedes seguir viviendo con eso, y cómo quedas cuando lo recuerdas, tu vida se destruye y debes volver a crearla y a crearte, con eso que te va a acompañar siempre".

Elisa K está marcada por una voz en off, recurso de Cadena, responsable de la adaptación, que resume las distintas visiones del cuento. "En el guión nos quedamos con dos. Pero cuando a la segunda parte, cuando Elisa se desgarra con el recuerdo, le añadimos la voz, nos dimos cuenta que distanciaba, que echaba a los espectadores. Era mucho más potente la actuación de Aina Clotet".

¿Y cómo llevan la unión? Cadena llevaba años sin hacer cine hasta que el año pasado volvió con un filme experimental, Els passos perduts. "Judith fue scrip mía [Colell interrumpe: '¡Auxiliar!'] y yo le escribí el guión de Nosotras. Siempre teníamos ganas de trabajar juntos si la historia lo permitía". Colell: "Tenemos gustos parecidos pero lenguajes muy distintos, y con Elisa K había que hacer dos partes y además dos partes muy muy distintas. Era la oportunidad perfecta, no era una unión gratuita". Ha sido fácil, fluido, comentan. Cadena ha jugado con su cámara y sus elipsis. Colell, con la violencia y la fuerza del estallido de la rememoración. "Es que Jordi es muy de elipsis, y yo dejo y dejo la cámara, que salga la vomitada. Tuvimos dudas sobre si iba a funcionar, al final parece que sí". Y otra cosa que les une: Elisa K es un filme no de pensamientos, sino de emociones. "Porque el cine así debe ser".

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