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Blancanieves llega a la madurez sin una cana

4.000 cines proyectan hoy, en su 50º aniversario, la película sobre la joven blanca, roja y negra

Los enanitos del cuento no tenían nombre, al comienzo, y tampoco eran propiamente enanitos: eran niños viejos, con un carácter un tanto especial; de ahí ciertas ilustraciones antiguas, en las que los amigos de Blancanieves son seres con cara redonda de niños, pero con canas y la boca con arrugas de quien masca agua sin pausa. Hace 50 años que se estrenó la versión de Walt Disney del antiguo cuento germano Schneewittchen (Blancanieves), la chica que según la tradición era "blanca como la nieve, roja como la sangre y negra como el ébano", y hoy se proyecta esta película en 4.000 cines de todo el mundo.

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Tampoco se sabe quién escribió Blancanieves. De hecho, esa fue la razón -que nadie lo hubiera escrito- para que los hermanos Wilhelm y Jacob Grimm lo incluyeran en su recopilación de Cuentos de niños y del hogar, publicada en 1812 después de 13 años de esfuerzos: más de los habitualmente empleados en una seria investigación académica.Porque esa fue la intención de los dos eruditos hermanos, cuyos trabajos sobre el idioma y la tradición germanas aún se consultan. Seguidores del Romanticismo tardío, que exalta el nacionalismo y afirma que una expresión máxima del arte es la creación popular, se propusieron recopilar los cuentos más característicos de la tradición germana, y publicar sus versiones más auténticas pues, ya entonces, se estaban comenzando a perder.

Jamás imaginaron el impacto mundial y duradero de su labor antropológica: baste recordar que entre esa recopilación de 202 cuentos y 10 leyendas infantiles (tres volúmenes) figuran Caperucita Roja, Pulgarcito, Hansel y Gretel, Los músicos de Brema y La Cenicienta. Las ediciones y traducciones de estos cuentos son sencillamente incontables, y hasta hoy se mantiene su capacidad de inspiración: son célebres las ilustraciones de Otto Ubbelohde, así como la película de Walt Disney, que hoy está previsto se exhiba en 4.000 cines de todo el mundo, incluídos algunos de Madrid y Barcelona, y la Unión Soviética y China.

La reposición de Blancanieves coincide con un nuevo apogeo del interés por los cuentos de hadas, que conoció unas horas muy bajas hasta la publicación de The uses of enchantment (Sicoanálisis de los cuentos de hadas), de Bruno Bettelheim, sugerente interpretación del simbolismo del género Bettelheim contribuyó a termi nar con la pedantería al uso contra los cuentos de hadas, y explicó que ayudan a los niños a lidiar con conflictos y tensiones que pudieran no entender.

Fantasía para creer

Para algunos, también habría que revisar el tópico que acusa al cuento de hadas de fantasía y escapismo, toda vez que, en los cuentos recopilados por los Grimm, la'fantasía es una herramienta al servicio de la mayor verosimilitud de la historia.

Se conocen múltiples versiones de los cuentos de Grimm, y los propios hermanos hubieron de escoger entre las existentes en su tiempo; siempre procuraron despojarlas de postizos pero a la vez ejercieron alguna censura moral -como sustituir un embarazo, por ejemplo-, al quedar claro de inmediato que el público de los cuentos sería infantil. Aún así, no se ahorra a éstos el descubrimiento de realidades como la envidia, los celos, la maldad...

Los hermanos Grimm trabajaron con orden y pulcritud, y de su trabajo quedan numerosos rastros para alimentar los estudios que se han hecho sobre ellos. Así, se sabe que los narradores de buena parte de los cuentos, de los que tomaron buena nota, fueron Friedrich Krause, un militar con dificultades económicas a quien recompensaban con ropa usada, y fuente de varios cuentos de soldados; Dorothea Wild, protagonista de un posible, cuento al Convertirse en la esposa de Wilhelm; y una campesina cuyo marido se llamaba Viehmännin, pero cuyo apellido de soltera, Pierson, revela un origen hugonote. Los hugonotes fueron franceses calvinistas que huyeron al norte a causa de las persecuciones decretadas por Luis XIV. Frau Viehmännin tenía, según el agradecimiento escrito de los compiladores, una memoria excelente y contaba muy bien, dosificando las pausas, por lo que era posible tomarle casi al dictado.

Ascendencias

El apellido materno de Marie Hassenpflug, que narró a los hermanos el cuento de Blancanieves, era también francés y hugonote. Ciertos estudios han encontrado paralelismos entre estos cuentos y los creados por el francés Charles Perrault (1626-1703). Estas ascendencias vienen a cuento porque harían vacilar,las teorías sobre la pureza germánica de los cuentos, aunque eso, hoy, apenas tenga importancia.

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