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Julio Iglesias grabará un 'duetto' con Michael Jackson para su próximo disco

El cantante asiste en Madrid a una fiesta familiar y a otra periodística

Julio Iglesias llegó ayer a Madrid, procedente de Los Angeles, para asistir a la primera comunión de su hijo menor, Enrique, y recibir el premio Hombre de Nuestro Tiempo, concedido por la revista Tiempo junto con el ministro de Defensa, Narcís Serra; el presidente del Comité Olímpico Internacional, Juan Antonio Samaranch, y el Athiétic de Bilbao. El cantante parte hoy a Estados Unidos, en donde grabará un duetto con el cantante de moda, Michael Jackson y otro con Barbra Streisand.

Dice que es el mismo que cuando se marchó, pero no hay duda de que desde entonces le han ocurrido muchas cosas. Entre otras, ese To all the girls I´ve loved before cantado a dúo con Willie Nelson, situado ya en los primeros puestos de las listas de éxitos de todo el mundo; entre otras cosas, esos 300 millones de pesetas que cobrará por promocionar la Coca-Cola; entre otras cosas, ese disco grabado junto a Diana Ross que dentro de 10 días aparecerá en el mercado yanqui. Entre otras cosas, esa gira de todo un verano con 10 actuaciones en el Anfiteatro de Los Ángeles, durante los Juegos Olímpicos.Por todo ello, aunque dice ser el mismo que cuando se fue, algo ha pasado por esa cabeza que nunca para de darle vueltas a su idea fija: llegar tan arriba como pueda.

"Estoy contento. Por lo que he hecho y por lo que voy a hacer. Ha sido una aventura apasionante, meterme en el mercado norteamericano. Porque una cosa es cantar en inglés y otra meterse. Hay que frasear de una manera diferente, hay que armonizar la música de una manera diferente, hay que cantar con otro ritmo. Algo casi imposible, que aunque suene muy pedante es la primera vez que un artista no anglosajón lo consigue".

En la suite del hotel todo es agitación. Julio lleva camiseta amarilla y toalla de baño enrollada en torno a la cintura, pero la ropa con la que asistirá a la primera comunión de su hijo está dispuesta encima de la cama.

Toncho, el fiel secretario, está pendiente de sus menores deseos; parloteando alegremente junto al ventanal está el padre de Julio, vestido de 21 botones. Esta misma mañana ha traído a su hijo del aeropuerto en el último modelo, azul, de automóvil que acaba de estrenar.

Se le ve tranquilo, y le pregunto si lo que tiene es que cuando uno consigue lo que desea no satisface tanto: "Esto es como si te preparas para una olimpiada, que te dices, bueno, yo voy a competir con los seis mejores, y juego te das cuenta que en cuatro semanas estás el número uno en canto y estás top by, y llegas al número tres en Estados Unidos, con mi primer disco publicado allí. Es como una especie de satisfacción enorme, sobre todo cuando sabes que el nuevo disco que acabas de, terminar es sin lugar a dudas un hito en la historia de la música moderna, porque es un auténtico disco pop, que no pierde nunca pierde el feeling de los latinos y, sin embargo, se incorpora muchísimo al sonido y a las armonías y al fraseo de los norteamericanos. Cantar con una mujer negra, con una reina negra de la música como Diana Ross no es fácil, porque tiene otros sentimientos en las voces, otra forma de cantar...".

Un camino hacia el éxito

"Haberlo conseguido es casi milagroso, pensando en La Vida sigue igual, claro, de lo que no me arrepiento, claro, pero después de eso hay todo un camino, toda una evolución". Añade que ahora podrán decir que no les gusta, pero no que no ha sido necesario talento para conseguirlo.De la aventura americana, pese a la magnitud de la gira, lo más importante para él es el álbum que saca ahora: "Me he encerrado un año en un estudio de grabación, he aprendido a frasear como los americanos, a entender su humor, su música. Me he adaptado. Tanto, que en el siguiente, álbum haré un duetto con Michael Jackson y otro con Barbra Streisand... O sea, ya estoy incorporado a su música".

Dice que cantar así, a dúo, puede hacerlo con sus colegas españoles: "Acabo de hacer uno con Pedro Vargas, grabar con Miguel Ríos, con Serrat, con Camilo... por qué no".

Parece que ya no tiene complejos, y seguramente eso se dijo la otra noche en el estudio donde filmó el spot de la Coca-Cola, dirigido por Howard, un segmento de 25 segundos para el que trabajaron 400 personas. "Un estudio de grabación vacío, lleno de humo, y yo solo ante el micro, con los cascos puestos".

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