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Reportaje:

Norman Foster se inspira en Gaudí

El arquitecto presenta en Barcelona su proyecto de reforma del Camp Nou

Àngels Piñol

El austero Camp Nou, que mañana cumple 50 años desde su inauguración, tendrá dentro de unos cinco años, si los plazos previstos para las obras no se demoran, una faz completamente diferente. El arquitecto inglés sir Normal Foster, ganador del concurso internacional de reforma del complejo fallado el pasado martes, presentó ayer en Barcelona la maqueta del nuevo estadio. El Camp Nou tendrá una segunda piel inspirada en el trencadis de Gaudí en el Park Güell con un estallido de colores que serán azul y grana, en homenaje al club, y rojo y amarillo, por la senyera catalana. La silueta del estadio se asemejará a una olla tapada cubierta, que permitirá que los aficionados puedan protegerse tanto de la lluvia como del sol. El proyecto de Foster permitirá algo que era fundamental para el Barça y que muchos de los otros nueve aspirantes al proyecto no preveían: las obras no evitarán que el equipo azulgrana dispute sus partidos en el mismo campo.

"Que éste sea el estadio más grande de Europa y que cumpla ahora 50 años es una inspiración única. Prometo la total dedicación, porque éste es un reto personal para mí", explicó ayer Foster, que ya diseñó el nuevo estadio Wembley en Londres, inaugurado en marzo de este año. A sus 72 años, Foster es una de las estrellas del firmamento arquitectónico actual -desde 1999 cuenta con el premio Pritzker, el llamado Nobel de la Arquitectura- y su arquitectura, marcada por el interés por la tecnología (fue pionero del denominado high tech) y la sostenibilidad, suele tener como común denominador lo superlativo. En Pekín construye el aeropuerto más grande del mundo; en Moscú ha diseñado el rascacielos más alto de Europa, y de entre sus proyectos españoles actuales (ya diseñó el metro de Bilbao y la Torre Collserola de Barcelona) destaca la Torre Repsol, que pondrá techo a Madrid.

La maqueta del Camp Nou que ayer presentó mostró un estadio con las costillas blancas, pero salpicada de los colores azulgrana en la parte baja, mientras en la superior dominan el rojo y amarillo con unas baldosas en forma de flecha. El mosaico gaudiniano estará formado por paneles de policarbonato y de vidrio, todos coloreados, que permitirá una mezcla de luces y sombras y que se iluminará por la noche. La nueva imagen fue acogida con aplausos por los asistentes, entre ellos la esposa de Foster, la doctora Elena Ochoa, y representantes del Ayuntamiento de Barcelona, institución vital para el futuro de las obras al tener que recalificar el solar del Miniestadi para afrontar el coste de la obra, estimado en 250 millones de euros.

El arquitecto señaló que la primera inspiración de su proyecto era la de "no destruir" el estadio diseñado originalmente por Francesc Mitjans. "Pensamos que la asimetría del mismo y su forma de olla tenían que mantenerse. El campo era el punto de partida", explicó. "Y por eso conservaremos la estructura de hormigón, elevando 10 pisos su actual nivel". El Camp Nou tendrá además un techo retráctil, soportado con una estructura de cables. "Es una solución flexible, sostenible y ecológica", indicó.

Consciente, dijo, de que el fútbol es el alma del estadio, Foster señaló que el principal reto y su segunda inspiración era no interrumpir la vida deportiva del campo. "Los cables no pueden estar por medio, y hemos ideado acometer las obras entre los partidos", dijo para aclarar que la instalación mejorará los accesos a los socios y a todas aquellas personas discapacitadas. Por ejemplo, el acceso a la tercera gradería se hará con escaleras mecánicas.

Y la tercera inspiración, comentó, es el color. "Hay aquí una influencia de Gaudí. Los colores de Cataluña y Barcelona envuelven de forma simbólica el estadio con un tejido de baldosas. Tendrá unos efectos muy bonitos por el día y muy dramáticos por la noche", dijo para acabar entre aplausos. Toda la fachada tendrá un sistema que le permitirá transformarse en una enorme pantalla de cine o también ofrecer espectáculos de luz.

Exultante, el presidente azulgrana, Joan Laporta, definió a Foster con el lema del Barça: "Para nosotros, usted es más que un arquitecto", dijo. "Igual que el Camp Nou fue una joya arquitectónica que se avanzó a su tiempo, ahora, con la idea de Foster, se proyecta hacia el futuro", añadió. Pero todo irá paso a paso: el Barça prevé tener el próximo año el proyecto definitivo y empezar las obras en el primer semestre de 2009, para estar acabado en la temporada 2011-2012.

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