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El 'comic' adulto y el neodespiste

JAVIER COMAUna exposición en homenaje al personaje de Hergé Tintin, un manifiesto tachando de reaccionaria la recuperación de este personaje, y dos artículos aparecidos en EL PAÍS, el primero de Román Gubern (20 de octubre de 1984) y el segundo de Ludolfo Paramio (25 de octubre de 1984) son los hitos del debate abierto entre partidarios , contrarios de la línea blanca en la creación de historietas. Javier Coma, autor de este artículo, expone nuevos argumentos favorables del 'comic' adulto.

He quedado muy sorprendido al ver en EL PAÍS un artículo de Ludolfo Paramio (escritor al que durante años he tenido en mucha estima) adentrándose alegre y resbaladizamente en un terreno que su autor no conoce a fondo y, como consecuencia lógica, abocándose a un discurso y a unas afirmaciones de escasa relación con la realidad. En primer término, y aunque no sea desde luego el error más importante, debo subrayar que iras el manifiesto sobre la posible inoportunidad de la exposición Tintín en la Fundación Miró, Román Gubern sólo ha escrito un artículo referente al tema, no "una serie de artículos", como proclama Paramio. Pero vayamos a lo más estridente del texto de este último.Paramio dice que "si los profesionales de la historieta redescubren a Hergé y hablan de la línea clara como una estética alternativa...". ¿Por qué generaliza en vez de referirse a "unos profesionales de la historieta"? Precisamente han sido diversos profesionales de los cómics algunos de los más destacados firmantes del manifiesto citado, y estos profesionales figuran entre los más importantes de la historieta española contemporánea, como enseguida se verá. Son concretamente Jesús Blanco, Jordi Bernet, Fernando Fernández, Antonio Hernández Palacios, Enric Sió. Blasco, Palacios y Sió son tres de los cuatro autores españoles recompensados con el premio de más prestigio internacional en el marco de la narrativa dibujada, el Yellow Kid del Salón Italiano de Lucca (y el cuarto gaIardonado con el Yellow Kid, Víctor de la Fuente, se adhirió al manifiesto una vez éste publicado). Tan sólo puede discutirse la trascendencia presente de Blasco, pero tanto su condición de presidente continuado del Salón del Comic de Barcelona como el haber sido premiado con el Yellow Kid en el anterior Salón de Lucca (al que este año ha concurrido como "invitado de honor") bastan para situarle en un lugar de actualidad.

Firmantes del manifiesto

Paramio no sólo ignora (por lo menos en su artículo) todo esto, sino que incluso se permite afirmar como evidencia que "las mejores historietas que se están haciendo en España las hacen... gente que a menudo se identifica con una estética (la línea clara) que ha tomado por referente a Hergé". Bien, Maurice Hom, el director de The Worid Encyclopedia of Comics (presente en Barcelona cuando EL PAÍS publicó aquel artículo), accedió a darme su opinión al respecto con fines de difusión pública. Para Horn, los mejores autores españoles actuales son Enric Sió, Fernando Fernández, Antonio Hernández Palacios (los tres, firmantes del manifiesto) y Manfred Sommer, y a título de prornesa para el futuro, añade a Daniel Torres (el único incluible en el grupo de dibujantes cercanos o adictos a la línea clara).

Asimismo, Maurice Horn quedó muy extrañado ante las frases despectivas que Paramio lanza contra Guido Crepax al tiempo que pone en duda la categoría adulta de su obra. Horn me hizo una declaración, con ánimo textual, al respecto: "El más original e interesante de los creadores actuales es Guido Crepax, que, desde luego, realiza comics adultos". Horn comentó además en tomo al tema del neoinfantilismo (y le cito literalmente): "Hay algo de verdad en ello. Existe una tendencia a volver a los tiempos y a los procedimientos considerados más inocentes. No es un fenómeno nuevo; siempre hay gente que se siente incómoda en su propio tiempo y desea volver a tiempos nostálgicos". Añado, por mi parte, que parece desprenderse, de textos como el de Paramio, una voluntad de ignorar que los comics son vehículos de ideologías, y ello no tiene nada que ver con la vieja polémica entre Nuestro Cine y Film Ideal, y sí, en cambio, mucho con la gran operación industrial y de marketing existente tras el hecho del neoinfantilismo, y que ya puso de relieve Susan Sontag.

Por otra parte, sería ya hora de que Ludolfo Paramio entendiera que el fenómeno del comic adulto no es una mera cuestión de los años 60, los comics adultos son una realidad a lo largo de todo nuestro siglo en la Prensa norteamericana, desde los años 30 en la Prensa británica, desde mediados los años 60 en Francia e Italia y a partir de la muerte de Franco en España. Y si estuviera al día de lo que sucede en la primera línea creativa de los comics, sabría que los seguidores de la línea clara constituyen una avanzadilla franco-belga muy concreta, con muy relativa trascendencia fuera del ámbito francófono y español. El crítico italiano Franco Fossati, autor de media docena de libros sobre los comics (Ludolfo Paramio no ha escrito ninguno en torno a este tema), me decía pocos días atrás que en Italia el culto a Tintín es limitadísimo, hecho que a otros niveles también Horn me comentó sucede en Estados Unidos, afirmando al mismo tiempo que en el terreno de la narrativa dibujada humorística y satírica los norteamericanos siguen siendo los primeros del mundo.

Nadie, en contra de lo que afirma Paramio, intenta imponer sus gustos a todo ciudadano "adjudicándose la posesión de la verdad intelectual y estética". Las afirmaciones rotundas y excluyentes están en el artículo de Paramio, no en los textos que lo han motivado. Y para no caer en el lenguaje empleado por Paramio, soslayo todo tipo de afirmación propia final y me limito a preguntar al lector: ¿dónde está el conocimiento del tema: en el artículo de Román Gubern o en el de Ludolfo Paramio?

es escritor y estudioso del comic.

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