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Reportaje:

Cristiano, más protegido que Beckham

El Madrid pondrá por primera vez escolta personal a un jugador

Eleonora Giovio

El huracán Cristiano dejó su huella el lunes por la noche tras desaparecer del Bernabéu. Huella física todavía no hay -la cita para clavar los tacos en el césped del estadio es para el 26 de julio, en la Peace Cup-, pero sí mediática, económica y mucho más en el tema de seguridad. La tienda del club fue literalmente asaltada: sólo en la tarde del lunes se vendieron unas 3.000 camisetas -300 fueron robadas cuando algunos se colaron aprovechándose del tumulto general y forzaron las puertas de entrada- y ayer por la mañana más de lo mismo. La caja empezó a sonar clic, clic, clic, como una máquina tragaperras a razón de dos camisetas por minuto. O lo que es lo mismo: 120 por hora. O lo que es lo mismo: 10.200 euros a la hora. Eso quiere decir que a las dos de la tarde en las cajas de la tienda ya había 40.800 euros. Puede que algo más si alguien compró la misma prenda (vale unos 120 euros) pero con el nombre de Ronaldo en chino, japonés o árabe.

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Al Jazeera, de hecho, retransmitió en directo la presentación. También lo hicieron las cadenas mexicanas, algunas de África e incluso de Rumania. Cristiano lo sabe, de ahí su énfasis en repetir que es consciente de que la presión será mucho mayor de la que tenía en Manchester. Quizás se refiera únicamente a la futbolística -y eso que Jorge Valdano le ha advertido de que la prensa del corazón le hará la vida imposible y le seguirá allá donde haga falta- porque el lunes, nada más aterrizar en el aeropuerto de Torrejón, comunicó a los empleados de seguridad del club que él, de por sí, no iba a pedir ninguna escolta. "Puedo vivir sin ella y en todo caso haré lo que me manden en el Madrid", dijo.

Y en el Madrid, visto lo visto el lunes -colas interminables en el estadio, espontáneos que bajaron al césped, aficionados que le perseguían con el coche para robarle una foto o una sonrisa-, han decidido que el jugador tendrá que llevar una escolta personal. Más que un consejo se trata de una media obligación. "Para que pueda salir de casa...", dicen en el club. No lo hicieron con ningún otro jugador antes, ni siquiera con Ronaldo o con David Beckham. El jugador inglés llevaba unos guardaespaldas privados pagados por una empresa de publicidad, pero no se le permitía llevárselos en los desplazamientos del equipo. Tenía que conformarse con los que ponía el club, unos ocho. Ahora, pasarán a ser 16 para proteger también a Kaká en los viajes con el equipo.

"Es que es imposible controlar todo esto sin escolta. Más, después de haber visto lo del lunes... Le va a hacer falta, esto no es Manchester", comentaban ayer los responsables de seguridad del Madrid. La idea del club es elegir a tres hombres de confianza que sigan al jugador en todos sus desplazamientos diarios.

El único sitio en el que podrá respirar el portugués será en Leixlip, pequeño pueblo al lado de Dublín elegido para la pretemporada del equipo, a partir del lunes. Hasta ahí se desplazó hace dos semanas Julio Cendal, jefe de seguridad del club, para visitar las instalaciones en las que se alojará el equipo y ultimar los detalles. Por primera vez en años, no habrá público en las sesiones de trabajo veraniegas. El campo de entrenamiento se encuentra en el mismo hotel-castillo de los jugadores, es decir, en un recinto privado al que sólo podrán acceder los medios de comunicación (tras pasar por tres controles de seguridad). Es algo así como despedirse del ambiente familiar que se respiraba en las anteriores concentraciones en Irdning (Austria).

Un espontáneo intenta acercarse a Cristiano Ronaldo durante su presentación en el Bernabéu el pasado lunes.
Un espontáneo intenta acercarse a Cristiano Ronaldo durante su presentación en el Bernabéu el pasado lunes.ULY MARTÍN

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de deportes, especializada en polideportivo, temas sociales y de abusos. Ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Es licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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