Irregularidades en las elecciones
Las elecciones para presidentes de federaciones aún van a levantar muchas ampollas. Hace pocos días - cuando el río suena, agua lleva- los rectores de las provinciales más importantes del remo, las norteñas, protestaron airadamente por supuestas irregularidades del todavía jerarca, señor Erdocia. Las campañas de los presidentes desde el cargo no parecen éticas, aunque las dimisiones o ceses sólo sean obligatorias para presentarse como candidatos a las presentes en el momento que la DND los acepte como tales.
Lo que ya se pasa de ético y entra de lleno en lo intolerable es que en una federación, concretamente la de balonmano, se haya utilizado a empleados de la misma para conseguir votos, recoger avales federativos e incluso llevar los sobres que los votantes ausentes en la votación del 19 de febrero deberán enviar certificados. Aunque el presidente, Félix Sánchez Laulhé, haya dimitido ya, cosa que no cambia nada, es seguro que durante un mes o dos meses como mínimo se ha aprovechado del cargo por encima de todo lo democráticas que se planteaban las elecciones.
Nadie duda que en cualquier democracia el mandatario saliente en teoría puede resultar favorecido por este simple hecho, en cuanto a nombre o publicidad. Pero de eso a hacer su campaña particular a través de la propia federación va un buen trecho. Después de sus equivocas decisiones en el asunto de la Federación Madrileña o en el de levantar aquella sanción al Granollers por alineación indebida, simplemente porque el equipo vallesano presentó un recurso en el que creía haber obrado de buena fe (?), ahora se llega al punto culminante. A fin de cuentas está en juego la dirección de un deporte y no estaría de más una investigación.
