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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Ferrer, el otro 'maestro' español

El alicantino estará junto a Nadal en el Masters tras la derrota de Verdasco en París

Al cabo de dos puntos de partido desaprovechados -¡cómo arriesga Gael Monfils en los saques! ¡cómo lamen las líneas sus tiros!-, Fernando Verdasco, el número nueve, se despide en octavos por 7-6, 6-7 y 5-7 del torneo de París y dice así adiós a la Copa de Maestros, que reunirá a los ocho mejores jugadores del año en Londres desde el 21 de noviembre. La derrota, triste desazón para el madrileño, que ganó dos partidos desde el Abierto de Estados Unidos, provoca una catarata inmediata de reacciones: al segundo, clasifica a David Ferrer para el torneo final pese a su derrota (6-7, 6-2 y 3-6) ante el austriaco Melzer; al instante lleva a Londres al checo Berdych; y enseguida también el estadounidense Roddick se asegura el billete. Estos son los ocho mejores: Rafael Nadal, Roger Federer, Novak Djokovic, Andy Murray, Robin Soderling, Berdych, Ferrer y Roddick.

Los españoles se suman a Federer, Djokovic, Murray, Soderling, Berdych y Roddick

Hace mes y medio, Ferrer se marcha cojeando por un pasillo mientras sostiene en una mano un bote lleno de un líquido rosa. Más que el cuerpo, le duele algo que se le ha roto dentro. Ha perdido un partido a cinco sets tras haber ganado los dos primeros. Su verdugo, Verdasco, es el que se clasifica para los cuartos del Abierto de Estados Unidos. Su rival, Verdasco, es quien le obliga a una carrera al esprint por medio mundo para ir cazando los puntos que decidan quién jugará en Londres. Y su compatriota, Verdasco, el hombre que le definió en su empeño con mayor precisión -"Es un luchador, si se ve posibilidades se agarra"- parece entonces un poco mejor colocado, un poco mejor dotado para enfrentarse a lo que viene, a la pista dura bajo techo, que exige golpes definitivos, castiga la pausa y premia la agresividad extrema.

Contra Ferrer, además, juega el propio Ferrer: "¿Queréis un titular? Ni tengo la mentalidad ni aguanto la presión para ser el de 2007 [fue el número cuatro y llegó a la final de la Copa de Maestros]", dice en mayo. Todo, claro, cambia ayer para el número siete. "Creo que es la derrota con la que más contento he salido de la pista", comentó. "Estoy en un buen momento físico. Es muy bonito volver al top ten. El año pasado vi la final por televisión...".

¿Y Verdasco? Tras un inicio de curso esperanzador, con título en San José, final en Montecarlo, triunfo en Barcelona y semifinal en Roma, algo se desconectó en su juego. Derrotado en Madrid, el torneo de su ciudad, su entorno le descubrió "desencantado". Desde entonces y salvo el éxito de los cuartos en Nueva York, acumuló problemas, agotado: cayó en primera ronda de Wimbledon y ganó dos partidos en los cinco últimos torneos del año. Varias veces, en los buenos y los malos momentos, cambió de marca de raqueta y sufrió de las uñas del pie. Varias veces, en los buenos y en los malos momentos, acumuló compromisos dentro y fuera de las pistas. Y varias veces, sobre todo cuando se confirmaron las graves lesiones de Del Potro y Davydenko, pareció sentirse sobrepasado por la posibilidad de reclamar un sitio en el ático de los cinco mejores.

"Esperaba más de este año", reconoció Verdasco, que no confirmó si acudirá a Londres como suplente. Al final de la carrera, un dato: por tercera vez en los cuatro últimos años, habrá dos españoles entre los ocho mejores.

David Ferrer.
David Ferrer.AFP

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