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VUELTA 95

El ONCE juega al espectáculo

Olano pierde el liderato a manos de un novato italiano

Carlos Arribas

El ONCE hizo una demostración de fuerza. Montó escapadas con Sierra, con Jalabert después y tiró a bloque para derribar una fuga en la que marchaba su corredor Mauri. En Santander se aprovechó y ganó un italiano novato, con un apellido que invita al juego de palabras, Gian Luca Pianegonda, que además destronó a Abraham Olano en la general. La Vuelta entró en harina con un curioso juego de estrategias colectivas. El Mapei, equipo del líder, mostró unas cuantas debilidades, disfrazadas de alardes tácticos, y el ONCE, equipo con tres o cuatro potenciales ganadores finales, exhibió fortaleza en forma de megalomanía. Los débiles abundaron: 85 llegaron a más de 10 minutos del primero. Lo nunca visto en una segunda etapa a ritmo lento.El pelotón es un ejército definido por las rutinas que nunca se comporta un día como el anterior. En ese caldo cultivó un Manolo Sáiz una jornada de las que se dicen de ciclismo de altura. Gracias a ello hubo ataques, alguna comida atragantada en algún director y emoción. Es lo que llaman el sello de la Vuelta. La idea no era mala. El técnico cántabro supo probar las fuerzas de sus rivales y para ello hizo un despliegue casi espectacular. Envió por delante en fuga a Roberto Sierra. Se subía la Sía. Mediada la ascensión se escapó Jalabert. ¿Qué hacer? Dejarlo irse y confiar en el sentido común -un hombre que gana carreras desde febrero no puede ganar la Vuelta- o entrar al trapo y derrochar nerviosismo. Olano mantuvo la calma. Sus compañeros, un par de ellos -Etxabe y Fernández Ginés- pusieron ritmo de caza a largo plazo y el tiempo, y la colaboración de los Gewiss, hizo el resto. El ONCE no supo dar el segundo paso -los tapados Zülle y Rincón no salieron de la sombra- y Jalabert -confundido, dice, por la falta de referencias- levantó el pie.

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Entonces, comenzó el descontrol que terminó con el ONCE persiguiendo una escapada en la que estaba uno de los suyos -Mauri-, pero también un par de peligrosos -Ugrumov y Mejía-. Un descontrol fomentado por las circunstancias que viven algunos equipos en septiembre.

Dicen de Pianegonda, de 26 años, que es fuerte y todoterreno. Y añaden que el nuevo líder tiene más virtudes: es muy extravertido y le encanta contar chistes.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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