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San Siro se rinde a Robben

Un Bayern dominador gana al Inter en el último minuto con un gol de Mario Gómez

Sin la frescura de Ribéry pero con la clase de Robben, el Bayern manejó en San Siro un partido en el que necesitó hasta 18 disparos a la puerta de Julio César para convertir en gol uno solo de ellos, el rechazo del portero brasileño que aprovechó Mario Gómez tras un disparo de Robben. La actuación del extremo holandés fue monumental y el gol de su equipo a última hora tuvo algo de justicia poética. A Robben le replicó un poderoso Eto'o, dominador del área bávara, aunque no pudiera derribar al joven portero Kraft, otra de las estrellas de la noche en Milán.

Han pasado dos entrenadores nuevos en menos de un año, Benítez y Leonardo, pero el Inter mantiene las señas de identidad de la etapa de Mourinho. Fiereza defensiva capitaneada por las larguísimas piernas de Lúcio y latigazos de sus atacantes, inspirados por un rapidísimo Eto'o. En la reedición de la pasada final de la Copa de Europa, al Inter le faltó la voracidad de Milito, lesionado, para derribar al gigante alemán.

INTER 0 - BAYERN 1

Inter: Julio César; Maicon, Ranocchia (Kharja, m.73), Lucio, Chivu; Zanetti, Motta, Cambiasso; Sneijder, Stankovic; Eto'o .

Bayern: Kraft; Lahm, Tymoschuk, Badstuber, Pranjic (Breno, m.37); Luiz Gustavo, Schweinsteiger; Robben, Muller, Ribery; Gómez.

Gol: 0-1, m.90 Gómez.

Árbitro: Viktor Kassai (Hungría). Mostró tarjeta amarilla a Zanetti, Sneijder, Thiago Motta, del Inter, y a Ribery, Luiz Gustavo, del Bayern.

Incidencias: encuentro de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones disputado en el estadio Giuseppe Meazza de Milán.

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Ajustados cada cual a su ADN, San Siro contempló una primera parte espléndida, llena de ritmo, de ocasiones y de brillantes acciones individuales. El Bayern llevó la iniciativa, abrió el juego a las bandas y disparó desde lejos para quebrar el muro defensivo interista, sin sonrojarse por defenderse en su campo con sus 11 jugadores, también Eto'o. Agazapado, el Inter fue como un gato inocente y ronroneante dispuesto a dar el zarpazo. Se le acumularon los intentos, a partir de las subidas de Maicon o de los movimientos siempre ágiles de Eto'o.

Respecto a la final de la pasada primavera en Madrid, el Bayern ha mejorado mucho en la portería. Un chico de la casa, Thomas Kraft, de 22 años, le ha ganado la mano a Butt y el equipo de Van Gaal lo ha agradecido.

El Bayern atacó por la derecha, como en todo el tránsito hacia la final de la pasada Champions, aprovechando el estado iluminado otra vez de Robben, muy superior a Chivu. El extremo holandés afinó esta vez los pases y centros desde esa esquina derecha, bien con el lateral Lahm, cuando este lo doblaba, bien con envíos al área que remataron Ribéry (al larguero) o Mario Gómez (al limbo). La pifia del hispanoalemán simbolizó la falta de puntería del conjunto bávaro, que no disparó entre los tres palos ninguno de sus nueve intentos de esa primera parte. A pesar de que el medio centro brasileño Luiz Gustavo envió dos bombas desde 30 metros. En eso, el medio del campo de Van Gaal también ha salido ganando: Luiz Gustavo mejora técnicamente las prestaciones de Van Bommel. Y, como consecuencia, la circulación del balón.

La exhibición de Robben era ya muy evidente cuando corrió en diagonal hacia la portería interista antes de disparar con la derecha al palo. Fue poco después de que Mario Gómez, tras un pésimo control, desaprovechara un mal pase defensivo de Ranocchia, que se marcharía después lesionado. Al Inter cada vez le costaba más salir de su propio campo. A pesar de que Eto'o fuera una corriente eléctrica siempre a punto de conectar con sus compañeros y con el portero contrario, Kraft.

El partido se encaminaba hacia un duelo individual inevitable: Robben contra Eto'o. Pero mientras el camerunés chocó con las intervenciones de Kraft, al holandés se le abrió el cielo cuando Julio César no atrapó su disparo desde la frontal. Y Gómez maquilló una mala noche con un gol que deja al Bayern camino de la revancha de la final de Madrid.

Robben, durante el partido
Robben, durante el partidoREUTERS

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