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El antecedente de Schumacher

Robert Álvarez

"Bufonada de Ferrari en Austria". Así tituló este periódico la crónica de la carrera de aquel 12 de mayo de 2002, cuando, en el circuito de Al Ring, Rubens Barrichello se dejó ganar por su compañero de escudería, Michael Schumacher, en uno de los episodios más vergonzosos de cuantos se han vivido en la historia de la fórmula 1. Fue tan descarada la maniobra, tan escandalosa, que levantó una ola de críticas por parte de la prensa internacional y de los aficionados y obligó a la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) a sancionar a Ferrari y a sus pilotos con una multa de un millón de dólares.

Una vez que concluyó la temporada, en octubre de 2002, la FIA se reunió en el hotel Hilton, de Londres, y determinó prohibir las órdenes de equipo que puedan alterar el normal desarrollo de una carrera. La decisión de favorecer a Schumacher en aquel Gran Premio de Austria la adoptó el director técnico de la escudería, Jean Todt.

En el podio, Schumacher cedió su plaza a Barrichello, que oyó el himno alemán desde el cajón principal, y en la sala de prensa consideró a su compañero como "vencedor moral" de la carrera. Los responsables de Ferrari argumentaron que lo ocurrido fue debido a "una política de empresa". Los seguidores de la firma italiana se enfurecieron a pesar de que, entonces, no estaban prohibidas explícitamente las órdenes de equipo.

El escándalo fue mayor porque se produjo en la sexta prueba del campeonato, cuando Schumacher había ganado cuatro de las cinco anteriores y no tenía, en principio, ninguna necesidad imperiosa de sumar puntos. En la penúltima carrera de la temporada, en Indianápolis, cuando Schumacher había ganado el título de pilotos y Ferrari el de constructores, el alemán dejó que su compañero le rebasara en la línea de meta.

Las órdenes de equipo han provocado situaciones de todo tipo. En 1962, Phil Hill defendía el título de mundial con Ferrari y en el Gran Premio de Bélgica, la tercera prueba, se benefició de las órdenes de la escudería y concluyó en la tercera posición gracias a que su compañero, Ricardo Rodríguez, que había ido siempre por delante, dejó que le pasase.

En cambio, en el GP de Brasil de 1981, Carlos Reutemann no acató las órdenes de su equipo, Williams, y no permitió que le superase su compañero Alan Jones. Reutemann concluyó el campeonato en la segunda posición, a un punto de Nelson Piquet, que, pese a pilotar un Brabham teóricamente inferior a los Williams, supo aprovecharse de la lucha fratricida entre Reutemann y Jones.

El patrón de McLaren, Ron Dennis, fue muy criticado en 1999 precisamente por no impartir órdenes de equipo y permitir que David Coulthard guerrease de tal forma con Mika Hakkinen que su escudería perdió en Austria porque Eddie Irvine, de Ferrari, aprovechó sus fallos. Sin embargo, Dennis manejó de forma imparcial los apasionantes duelos que mantuvieron Senna y Prost en 1988 y 1989 en el seno de McLaren.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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