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Un clásico que faltaba

Federer se enfrenta hoy al argentino Nalbandian, con el que protagonizó duelos memorables, nunca en la hierba británica

Federer contra Nalbandian sobre la hierba de Wimbledon. Era el duelo que faltaba entre el número tres suizo, hexacampeón del grande británico, y el número 23 del mundo, un tenista tan completo que ha alcanzado las semifinales de los cuatro grandes, el único sudamericano capaz de disputar la final en el Grand Slam londinense (en 2002, cuando cayó ante Hewitt). Lejos delcésped inglés, ambos se han visto las caras ya 18 veces (10 a 8 para el suizo) y algunos de sus enfrentamientos fueron auténticas joyas.

"Me habría gustado una tercera ronda más sencilla", fue la declaración de Federer después de que pasase por encima del francés Mannarino y decantara las cualidades de su próximo rival. "Si es más fuerte o más débil que hace tres u ocho años, ya lo veremos. Su revés es, obviamente, un golpe sin igual en el circuito", le alabó el suizo. Federer se refiere a los años entre 2003 y 2008, cuando los duelos entre ellos se convirtieron en un clásico. Aunque su rivalidad viene de lejos; Nalbandian ganó el torneo júnior de Estados Unidos ante Federer en 1998. A las primeras dos victorias en los grandes de Nalbandian (Australia y Estados Unidos, ambos en 2003), siguieron sendas revanchas de Federer, antes en Melbourne (2004) y luego en Nueva York (2005).

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Ese mismo año se consumó un partido que ilusionó a toda Argentina y demostró que Nalbandian iba en serio. El sudamericano se hizo con la Copa de los Maestros en Shanghái, remontando dos sets al campeón suizo (6-7, 6-7, 6-2, 6-1 y 7-6), en un encuentro que vivió tres desempates, el segundo de los cuales terminó 11-13 para Federer. Esa noche, el argentino supo cortarle al de Basilea una racha de 24 finales ganadas consecutivas.

En ese momento -tenía 23 años- empezaron los dos mejores cursos de la carrera de Nalbandian. En 2006, cuando, sin embargo, su parcial ante Federer fue de cero a cuatro, alcanzó las semifinales de Australia (la que le faltaba) y de Roland Garros, donde se retiró por una lesión en los abdominales, justamente ante el suizo, que, por primera vez, desembarcaba en la final del grande francés. En ese duelo, Federer para resolver un punto se sacó de la manga un golpe memorable; un apabullante paralelo de espaldas. En 2007, el argentino logró sus mayores triunfos, el Masters de Madrid y el de París. En ambos, claro está, doblegó a Federer. En España, con el gusto añadido de hacerlo en una final y, otra vez, gracias a una remontada (3-6, 6-1 y 6-1).

Fueron los últimos fuegos de un duelo que, tras dos enfrentamientos en 2008, ambos favorables a Federer, desapareció de los cuadros. Nalbandian sufrió un calvario de lesiones que empezó en 2009, cuando una operación de la cadera le alejó nueve meses de las pistas, y terminó en marzo de este año, cuando se operó por problemasde hernia inguinal y en los abductores. Durante ese periodo, solo participó en tres grandes de 10 y con escasos resultados. Con 29 años, Nalbandian tiene una ocasión para demostrar que su juego desde el fondo de la pista, desde donde es capaz de marear a sus rivales con latigazos esquinados, aún tiene cabida en el circuito mundial. El juez al otro lado de la red es Federer, alguien que le conoce muy bien y que nunca se había medido a él en el que es su hábitat natural, la hierba de Wimbledon.

Roger Federer.
Roger Federer.GETTY

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