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"Un desastre"

Tsonga elimina a Nadal (7-6, 4-6 y 6-3), que suma solo el 13% de sus segundos servicios en la manga decisiva

La vida en el alambre, el futuro ante el abismo. Así se juega el francés Jo-Wilfried Tsonga su suerte contra Rafael Nadal en la Copa de Maestros. Ambos compiten por el pase a semifinales. Han descontado ya casi una hora de escaramuzas sin heridas graves. Es el momento de dar un paso al frente. Tsonga decide apostar por dejar su sello en el duelo: busca la red cuatro veces en el tie-break de la primera manga, y de volea en volea, espíritu libre, hace suyo ese parcial y descuenta tres bolas de set del español en el siguiente (7-6, 4-5). Entonces, Nadal dice basta (7-6 y 4-6). Es un partido nuevo. La tradición dice que es del español, que allí donde queman los nervios él gobierna. No en Londres (7-6, 4-6 y 6-3). No ante Tsonga. No con un Nadal desdibujado, tímido en la propuesta y eliminado del torneo final de una temporada que aún le verá competir con España y contra Argentina en la final de la Copa Davis (del 2 al 4 de diciembre.

Clasificación:

Grupo A. 1. D. Ferrer, 2-0. 2. N. Djokovic (Ser.), 1-1. 3. T. Berdych (R. Ch.), 1-1. 4. J. Tipsarevic (Ser.), 0-1. Grupo B. 1. R. Federer (Sui), 3-0. 2. J. W. Tsonga (Fra.), 2-1. 3. R. Nadal, 1-2. 4. M. Fish (EE UU), 0-3. Hoy (Canal+ y Tdp): 15.00. N. Djokovic (Ser.)-J. Tipsarevic (Ser.). 21.00. D. Ferrer-T. Berdych (R. Ch.).

En el principio de todo, el número dos sobrevive agarrado al corazón y maniatado por su servicio. Su saque se discute entre dos golpes: el resto de revés del francés y el segundo saque del español. Los dos tiros más débiles de ambos deslucen a la altura de su fama. Nadal propulsa, entre 133 y 145 kilómetros por hora, sus segundos envíos, lentos como un caracol anestesiado. En consecuencia, durante el primer parcial, perdido, solo se impone en un 40% de esos peloteos, una carga demasiado voluminosa incluso para sus poderosas espaldas, liberadas en el siguiente: con un 82% de esos intercambios sumados, iguala el partido (6-7 y 6-4). En la manga decisiva, Nadal solo suma el 13%, para un 47% global.

Imposible hasta para él, que es su mejor crítico: "No ofrecí nada especial. Estuve lento de piernas, sin hacer daño con la derecha. Cuando el partido estaba más para mí, al inicio del tercer set, estuve ansioso. Un desastre. Nefasto. Un cúmulo de despropósitos continuos". "Me ha faltado un poco de pasión por el juego al final de temporada, por cansancio". "Toca seguir luchando".

Para llegar a ese punto, el del castigo al segundo saque de su contrario, Tsonga debe superar sus propias limitaciones. Nadal convierte su revés en una diana. Cada vez que el número dos siente un peligro al saque, busca ese blanco con saña. A partir de ahí, empieza a funcionar la ley de probabilidades. A fuerza de intentarlo, Tsonga acaba filtrando algún resto desde ese lado y metiendo al español en un atolladero. Desde el segundo juego al saque del mallorquín, se dispararán las pulsaciones: llegan las dos primeras bolas de break para el francés, finalmente salvadas, y Nadal inicia un sentido debate con su banquillo. No encuentra soluciones. "¡Mira la bola!", se dice. "¡Saca la furia Rafa!", le gritan desde la grada.

El español jugó mal y compitió bien. Siempre a remolque, solo así se explica que se mantuviera a flote sin el apoyo del saque ni de su derecha, que se disparó hasta los 16 errores no forzados. Desprovista por la pista del picado alto que le ha dado fama, la bola de Nadal apenas hizo mella en la coraza de Tsonga. El francés disfrutó en la red, donde venció 27 puntos y buscó 36, hacia adelante siempre, con algunas voleas fantásticas y arriesgadas, locas e imposibles, muertas al tocar el suelo, de esas que justifican el precio de una entrada.

Contra eso, Nadal tuvo pasión, su leyenda, que le llevó a romper a Tsonga cuando este servía por el partido (2-5 y tres dobles faltas para 3-5) y no mucho tenis: debió serle doloroso ceder el duelo con un nuevo break (6-7, 6-4 y 3-6). Tiene las piernas cargadas por el mes dedicado a una pretemporada que le lance en 2012. Para lograr ese impulso necesita también algo que le encienda el alma: Sevilla en palmas, la Davis ganada y dos partidos a la altura de su fama.

Nadal se seca la cara durante un descanso de su encuentro ante Tsonga.
Nadal se seca la cara durante un descanso de su encuentro ante Tsonga.DYLAN MARTINEZ (REUTERS)

Nadal: "Desde el Abierto de EE UU he sentido menos pasión por el tenis"

Rafael Nadal ha mostrado en numerosas ocasiones su descontento por el saturado calendario que han de afrontar los tenistas. Tras caer eliminado en la Copa de Maestros y ante Jo-Wilfried Tsonga, fue un paso más allá. "En este tramo final de la temporada, tras el Abierto de EEUU, he sentido menos pasión por el tenis, probablemente porque estoy más cansado de lo habitual", admitió el tenista español, que se ha encontrado en 2011 con un Novak Djokovic superlativo, su verdugo en seis finales.

Nadal dejó entrever dificultades que van más allá de un partido o un torneo. "Lo que tengo que hacer es trabajar más. En una carrera hay altos y bajos. Actualmente no es uno de mis mejores momentos", asumió el número dos mundial, que se despidió de la prensa extranjera felicitando el Año Nuevo y las Navidades a los periodistas.

Sin embargo, el balear quiso volver a mostrar su cara más combativa, la que le ha granjeado fama mundial de guerrero de la pista, con la mira puesta en la final de la Copa Davis que enfrentará a España con Argentina del 2 al 4 de diciembre. "La tierra me ayudará en la Davis y, si no, hay más jugadores", sostuvo. Sobre su derrota ante el francés, Nadal admitió que fue inferior a su rival: "Si los dos primeros sets no fueron muy buenos, el último fue un desastre. Tsonga es un jugador peligroso que juega agresivo. Se merecía ganar más que yo. Para vencerle, hay que hacer algo más que he hecho esta noche. Acepto la derrota".

Por su parte, Tsonga valoró el esfuerzo que una vez más volvió a mostrar Nadal. "No sé si Rafa jugó muy bien, pero luchó, que es lo que hacen los campeones. Yo he sido muy agresivo", explicó el francés, que se mostró muy satisfecho con su juego. "A veces solo hacen falta pequeñas cosas para progresar. Tal vez haya encontrado algo ahora mismo. Podría mejorar un poco respecto al comportamiento, siendo más estable en la línea de fondo. Pero, aparte de eso, lo demás está perfecto. Estoy muy contento con mi nivel de juego. Es mejor que todo lo que he hecho en los últimos tiempos".

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