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Reportaje:

La extraña salida de Felix Magath

El Schalke despide de manera fulminante a su técnico, acusado de malversación

Felix Magath dejó ayer el Schalke 04 en medio de confusas acusaciones sobre su mala gestión económica. El técnico renuncia a los cinco millones de euros que habría percibido hasta el final de su contrato en 2013. También a los entre 12 y 20 millones que le correspondían como indemnización. Previamente, la directiva del Schalke, en torno al presidente, Clemens Tönnies, había lanzado vagas acusaciones de malversación de fondos que la prensa alemana fue concretando durante el día de ayer. Así, Bild hablaba de "incentivos secretos" a los jugadores para que ganaran los octavos de final de la Liga de Campeones, que disputó frente al Valencia. En total, señalaban que el preparador prometió más de tres millones de primas para el combinado alemán, en el que milita Raúl, sin la pertinente autorización de la directiva de un club que está endeudado hasta las cejas. Según la normativa, Magath debía informar al llamado Consejo de Vigilancia de la entidad -organismo que vela por las cuentas del club-, de gastos superiores a los 300.000 euros.

Según 'Bild', prometió sin tener permiso tres millones en primas a los jugadores
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En la rueda de prensa en la que anunció la decisión del Schalke, Tönnies dejó bien claro que la expulsión no se debía a razones deportivas. Se refirió el empresario cárnico a "un acontecimiento clave" que le había llevado a "dar un giro de 180 grados" en su relación con el técnico del equipo. Se negó a precisar más, según dijo, "por razones legales". Durante 623 días y hasta ayer, Magath ha sido el monarca absoluto del equipo blanquiazul. Era entrenador, mánager y directivo en uno. Tenía plenos poderes en el conjunto alemán. Y si bien la temporada en la Liga está siendo decepcionante para el Schalke después de todas las nuevas incorporaciones del verano -el equipo es décimo y está a solo cinco puntos de los puestos del descenso-, ha llegado a la final de la Copa alemana y está entre los ochos mejores de la Champions.

Una vez anunciada la salida de Magath, Tönnies expuso su tranquilidad recordando que, desde la fundación del Schalke en 1904, "han muerto reyes y emperadores, pero el FC Schalke sigue jugando al fútbol". Horas más tarde, la directiva del equipo insistía en que "había buenas razones para echarle". La dimisión del técnico supone por tanto "la confirmación de esas razones y el certificado de que no puede hacer valer ninguna exigencia ante el Schalke". Hace meses que se acusaba a Magath de "incompetencia social" y de despotismo en la cancha de entrenamiento. En cuanto a los forofos del Schalke, están divididos: unos le acusan de vulnerar los principios del club. Otros defienden sus logros deportivos.

Cuando los directivos del Schalke comparecieron para explicar la salida de Magath, él prefirió quedarse en casa y mandar a su abogado. Se esperaba que el técnico llegara desde Múnich para cerrar un acuerdo para romper su vinculación con la entidad. Sin embargo, su abogado se limitó a informar de que Magath no viajaría a Gelsenkirchen. Todo presagiaba un divorcio nada cordial entre el equipo alemán de Raúl y su técnico, pese al buen momento deportivo que atraviesa ahora el conjunto. Eliminado el Bayern Múnich ante el Inter, el Schalke se ha convertido en la única esperanza alemana en la Liga de Campeones.

Por su parte, Magath hizo que su abogado explicara ayer que su expulsión "injustificada e inefectiva" de la dirección del equipo le llevó a "renunciar inmediatamente" y por escrito.

El fichaje de Magath en el verano de 2009 -después de pasar antes por otros siete equipos alemanes- supuso una especie de revolución en el club. Su misión era sacarlo de una vez por todas de una sequía de títulos que venía durando ya décadas. Darle al Schalke su primera Bundesliga en 50 años. El Ogro, como lo apodaban algunos jugadores por la dureza de sus entrenamientos, se puso manos a la obra. Fichó y vendió jugadores a lo grande. Les hizo entrenarse bajo el intenso frío y con métodos anticuados.

El segundo puesto en la Liga alemana en 2010 y la consiguiente clasificación para la Champions parecían confirmar que su fichaje había sido un acierto. Las quejas de algunos jugadores y la mala relación que muchos mantenían con el técnico pesaron menos que el éxito de la pasada temporada. No obstante, Tönnies aseguró ayer también que las reclamaciones del capitán, el meta Neuer, le habían llevado en repetidas ocasiones a reprender a Magath "sin ningún resultado". El técnico siguió aplicando los mismos métodos que le han valido su segundo sobrenombre, El Torturador. Hasta que razones "no deportivas" forzaron ayer su extraña salida.

Felix Magath y Raúl, en un entrenamiento del Schalke.
Felix Magath y Raúl, en un entrenamiento del Schalke.LARS BARON (GETTY)

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