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MUNDIALES DE CICLISMO

Y el ganador es... Jalabert

Victoria del francés en la contrarreloj . Desastre de Züle y de los españoles

Carlos Arribas

Definitivamente era la mañana de la boutade. Darío Fo ganaba el Nobel de literatura y Sebastián Pozo, el masajista personal de Laurent Jalabert, decía que su chaval estaba muy bien, tan bien como para ganar la contrarreloj. "No estamos aquí para ser segundos". No era cuestión de responderle, con el ¿bromea o qué?, pero casi. "Hombres de poca fe", reprochaba después Nicolás Terrados, médico personal de Jalabert y Zülle. "No creéis en las virtudes del buen entrenamiento,del trabajo y del sacrificio, de las narices que le echa a todo Laurent". Decididamente, aunque todo deba tener una explicación racional, sólo algo sobrenatural puede dar las razones para lo que pasó: quizás su carácter indomable.-Sucedió que el Mundial contrarreloj, la prueba matemática, el dominio de los especialistas -en su palmarés sólo grandes nombres: Boardman, Induráin, Zülle-, fue ganada en una soleada tarde donostiarra por un gran ciclista pero mediocre contrarrelojista, por un hombre que la única contrarreloj que había ganado en su vida era el prólogo de la última París-Niza. Sucedió también que al gran favorito, Alex Zülle, no le tosió nadie, sino algo: su bicicleta y él mismo. A los 150 metros de salir se le pinchó la rueda delantera. Perdió poco tiempo en la reparación, pero el virus del estrés y del nerviosismo, y la ley de Murphy, empezaron a actuar en su cabeza. Sabe el gran suizo que cuando algo malo le pasa, le pasa de verdad. El segundo pinchazo no debería tardar en llegar. Y llegó ya en el kilómetro 20.Zülle cambió de bicicleta, pero su espíritu le abandonó para siempre. Acabó undécimo, a más de dos minutos de su compañero y amigo.

Ocurrió también que la noticia de que Berzin (22º a 3.59m) era de nuevo, un temible competidor era exagerada; que los grandes rodadores, ésos de los gigantescos desarrollos-Gontchar, Boardinan, Peschel, Mauri- subestimaron la dureza de la segunda parte del re corrido, los odiados repechos. Allí donde Jalabert supo lucir y exprimir su magnífico juego de riñones, en las clavadas de Oriamendi, los demás se atragantaron con el plato desmesurado que llevaban. l6s perdió Gontchar con Jalabert en apenas cuatro kilómetros, l9s Boardrnan, 20s Peschel, medio minuto Mauri, un minuto Domínguez. Sólo uno de los rivales, el viejo maestro de la especialidad, el hombre mágico a la hora de regular y dosificar el esfuerzo, Tony Rominger, aguantó allí el pulso con el francés. Le cedió 3s, pero le sirvió de poco. Por sólo 4s el inglés Boardrnan le privó al suizo de anunciar desde un podio su despedida oficial del ciclismo. Y todo eso pudo suceder porque, siempre hay que recordarlo, el Mundial se corre en octubre. Exhaustos, los mejores -UlIrich, Olano- han renunciado a participar; otros llegan con las reservas casi a punto de acabarse después de estar batiéndose el cobre desde marzo. Y pedir el 100% en octubre es mucho exigir. Y eso permitió que hasta un desconocido practicante del duatlon, Johanton Hall, un australiano que vive en Gernika con Fede Etxabe, terminó octavo, por delante de Jaskula, Domínguez, Zülle y Berzin. Todo eso pasó para que Jalabert llegara a la sala de prensa y soltara el habitual in-cro-ya-ble con que los franceses saludan sólo a lo realmente inaudito. El mismo, silabeo se marcó no hace tanto, apenas tres años y medio, cuando él, hasta entonces un reputado mediano sprinter, ganaba su primera etapa en alto nada menos que en los Lagos de Covadonga. Y cuando un año después se reveló como un corredor completo ganando la Vuelta. In-cro-ya-ble, Jalabert es el hombre increíble. Por arriba y por abajo. Atacando cuando nadie lo espera, siempre escapándose en los momentos menos propicios, pero siempre. sabiendo que es el mejor a la hora de luchar contra sí mismo, y más cuando es el Laurent sin miedo, cuando, como ayer, no tiene nada que perder, porque poco se esperaba de él. "Esto ha sido una sorpresa para todos", dijo mirando de refilón a los abatidos Boardman y Gontchar. "Pero agradable para mí". La mañana de las boutades fue, sin duda, la tarde de las -sorpresas.Clasificación 1º. Laurent Jalabert (Francia), los 42,6 kilómetros en 52m 1s (49,135 km/h). 2º. Serguéi Gontchar (Ucrania), a 3s. 3º. Chris Boardman (Reino Unido), a.20s. 4º. Tony Rominger (Suiza), a 24s. 5. Uwe Peschel,(Alemania), a 45s. 6º. Melcior Mauri (España), a 46s. .10º. Juan Carlos Dominguez (España), a 2m 14s.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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