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Reportaje:EUROCOPA 2008 | La gran final

El guerrero canario

Silva, que tiene el tobillo inflamado, dice que es imposible jugar mal en esta selección

De David Silva (Arguineguín, 22 años) ya se sabía que es un centrocampista fino, finísimo, de la vieja escuela canaria. Lo fue siempre, en todas las categorías inferiores de la selección, en las que ya apuntaba a cotas altísimas. La sorpresa es la capacidad para la lucha y el sacrificio, el espíritu defensivo, que ha desarrollado en la Eurocopa. Su presencia en cualquier esquina del centro del campo le ha convertido en un todocampista muy apreciado por la prensa internacional. A veces corre demasiado. Y, tras el primer partido ante Rusia, el cuerpo técnico le instó a que se dosificara. Y a que entrara tanto por la izquierda como por la derecha, como ante Italia, para que sea más imprevisible.

Tras el primer partido ante Rusia, el cuerpo técnico le instó a que se dosificara

"¡Usted no es canario, es vasco!", bromea con él el seleccionador, Luis Aragonés, para ensalzar el aguante del mediocampista del Valencia, que arrastra un esguince del tobillo izquierdo durante todo el torneo. Antes de cada partido, debe vendarse los pies e inyectarse un antiinflamatorio. Aún así, cuando le pega fuerte a la pelota, ve las estrellas. Pero a veces ni siquiera necesita chutar a romper: basta colocar la pelota al lado del portero, como en el tercer gol de España a Rusia de la semifinal.

Silva saborea cada instante porque viene de una temporada asfixiante como todos los jugadores del Valencia, empujados a un ambiente envenenado por las decisiones de la directiva. "Es imposible jugar mal junto a Xavi, Cesc, Iniesta...", explica. La calidad técnica llevada al máximo exponente. A eso le añade los valores del compañerismo y la solidaridad que ha encontrado en la selección y que son los mismos que le inculcaron sus padres. De ahí que se identifique con los cientos de africanos que llegan cada año a su pueblo, Arguineguín, en busca de una esperanza. "Es una desgracia lo que pasa con ellos. Hay que ayudarles porque no vienen por gusto sino por necesidad", expone.

"Ponga que la calidad la heredó de su padre", comenta jocoso Fernando Jiménez, policía local en excedencia y futbolista de Tercera División, en el Arguineguín, durante 19 años, ahora empleado del Valencia. "Aunque yo no trabajaba tanto en el campo como él", añade el padre. Su madre, Eva Silva, ama de casa, le dio el apellido futbolístico desde que el primer entrenador, Paco Bataller, le llamara Silva para diferenciarlo de otros nombres cuando llegó al Valencia. El chico tenía 14 años, era muy pequeñito, y acababa de pasar una prueba en el Madrid de la que no recibió respuesta. Tampoco los inicios en el Valencia fueron fáciles. No empezó a jugar hasta que, meses después, se lesionó un compañero. Un año más tarde, Juan Santisteban ya le llamó para lo que sería una fulgurante carrera internacional. Entre medias, se atrevió a marcharse cedido una temporada al Eibar para demostrar que no le asustaba nada. Y allí el técnico, José Luis Mendilibar, se enamoró de su zurda y de su carácter. Lo mismo que Fernando Vázquez en el Celta. A su vuelta a Valencia le esperaba Quique Flores para seguir esculpiéndolo.

Su debú en la selección absoluta, el 15 de noviembre de 2006 en el Ramón de Carranza de Cádiz, resultó premonitorio. A los 20 años, fue el mejor en un amistoso que España perdió ante Rumania (0-1). A los 22, es un reputado mediocampista. Y si el Valencia sigue dispuesto a venderle, le lloverán las ofertas tras la Eurocopa.EUROCOPA 2008

La gran final

Silva marca el tercer gol de España a Rusia en semifinales.
Silva marca el tercer gol de España a Rusia en semifinales.AFP

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