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"Las injerencias políticas nos obligaron a recurrir"

Fahey, el presidente de la AMA, explica su apelación al TAS tras la intervención de Zapatero y confirma que su organismo estaría interesado en cobrar parte de la multa al ciclista

Aunque no lo parezca, por pura coincidencia, apenas 24 horas después de que el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) le declarase ganadora de su batalla contra Alberto Contador, a poca distancia de la sede de los jueces, en Lausana, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) celebraba ayer uno de sus habituales simposios con la prensa en los que el organismo trata de autojustificar anualmente su existencia como gendarme mundial de la lucha contra el dopaje y la necesidad de su tarea.

Lo hizo, de entrada, con un discurso genérico, pesimista y ya repetido. "Solo cogemos a los tontos", dijo su director general, el neozelandés David Howman; "una encuesta entre deportistas de élite nos dice que ellos creen que un 20% se dopan. Nuestro cálculo, descontado el factor de 'se cree el ladrón que todos son de su condición', que hace que las cifras se hinchen, es de poco más de un 10%. Sin embargo, cada año tan solo se pilla entre el 1% y el 2%".

Después bajó ya al tema del día, el único que interesaba realmente a los periodistas de toda Europa presentes: el caso Contador, claro.

"Nos encanta la decisión del TAS, que justifica nuestra lucha", dijo Howman, precisamente el hombre que empujó para que la AMA apelara ante el tribunal la absolución del ciclista madrileño por parte de la federación española.

"Demuestra", prosiguió, "que la contaminación alimentaria no era una tesis sólida. Los deportistas deben prestar más atención, y andarse con más cuidado, a los suplementos nutritivos contaminados y nosotros debemos controlar más de cerca esas sustancias. Pero también debemos encontrar cómo acelerar todos los procesos con ayuda de los tribunales".

Poco antes del simposio, en un comunicado hecho público de madrugada, el presidente de la AMA, el australiano John Fahey, como lo es también el presidente del TAS, John Coates, en referencia al Twitter del entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero pidiendo a la federación española que no se sancionara a Contador, dijo: "Si se le hubiera suspendido por 12 meses... No puedo decir que habría pasado. Pero fue lamentable que hubiera injerencias políticas españolas en las primeras instancias del procedimiento. Ello, inevitablemente, nos empujó a recurrir".

"Esta es una decisión apropiada del TAS, que representa la naturaleza exacta del Código Mundial Antidopaje", continuó el redactor de dicho código; "como siempre, respetamos las decisiones del TAS".

A la AMA el proceso, que culminó con la decisión del TAS de considerar más probable un suplemento nutritivo contaminado que una transfusión sanguínea y que un filete contaminado, le pareció robusto y completo, pero lento y caro.

"Si la UCI cobra una multa a Contador [pide casi 2,5 millones de euros], por supuesto que estaríamos interesados en tocar una parte", dijo Fahey, ya en el simposio. "Es evidente que todo el caso se ha alargado demasiado. Debemos intentar proteger los intereses de todas las partes. Se podría ir más rápido, sí, pero este caso fue difícil. Había que leer más de 2.500 folios", añadió.

Para evitar algunos de los problemas que enmarañaron hasta hacerlo laberíntico el caso Contador y ahorrar en sus presupuestos, dado que a partir de enero el TAS ha empezado a cobrar a las federaciones internacionales por interponer recursos contra las decisiones de sus federaciones nacionales, la UCI, por boca de su presidente, Pat McQuaid, ha avanzado la posibilidad de crear un tribunal propio que juzgaría en primera instancia las posibles infracciones de dopaje en las competiciones internacionales, tarea que hoy delega en sus federaciones nacionales. Serían, así, solo los corredores descontentos los que apelarían al TAS.

El presidente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), John Fahley interviene durante un simposio de la AMA celebrado ayer en Lausana (Suiza)
El presidente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), John Fahley interviene durante un simposio de la AMA celebrado ayer en Lausana (Suiza)JEAN-CHRISTOPHE BOTT

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